A raíz de los últimos acontecimientos vividos en la Argentina y en especial con las elecciones de Octubre no era difícil de pensar que siempre después de un evento de tan importante magnitud luego tuviera sus consecuencias. Algunos votaron en contra otros apostaron al modelo vigente. Los primeros no tenían a quién votar los segundos querían una vuelta más de turca al modelo ya que había que pasar del dicho al hecho con la profundización del modelo.
Sabidas ya son los ajustes con la quita de subsidios que están programados a partir del 1º de enero de 2012. Los más escépticos miraron con desconfianza las futuras acciones del nuevo gobierno, repartiendo intrigas por el "¿qué se traerán en la mano estos?". Otros, realmente indignados, buscaron en las urnas un cambio de rumbo pero no fue ni una breve brisa lo que lograron en las urnas para mover el timón de mando. Hay una tercera y cuarta posición (quizás muchas más) que están más enfrentadas que las demás y son: Los que defienden a capa y espada al gobierno y los que se quejan de todo lo que haga.
Leí en algunos muros que sería bueno que el 54% que votó a la Presidenta diera en forma voluntaria el primer paso para renunciar a los subsidios y así, sólo así, iría por detrás el 46% que no la votó "voluntariamente" a renunciar de dichos beneficios.
Una postura así me parece de la más necio, recargada de la más rancia y antagónica división que vivimos desde la época de la colonia y a lo largo de toda nuestra historia como Nación: españoles-americanos; civilización-barbarie; Unitarios-Federales; peronistas-radicales; River-Boca; Talleres-Belgrano; campo-ciudad... 54%-46%.
Siempre se ha olvidado que entre las dos fracciones conformamos un “todo”. Lo cual me lleva a pensar que más allá de ser críticos (porque los argentinos criticamos todo y sabemos de todo: fútbol, política, seguridad, de Dios y de los hombres, leyes, micro y macro economía) nos falta aún creer que se puede tener como Nación un proyecto a mediano y largo plazo que nos lleve a estar mejor.
Pareciese que no nos gustan los pasos previos para alcanzar un bienestar que sin dudas nos merecemos aquellos que siempre hemos cargado en nuestras espaldas el bienestar de unos pocos que siempre han vivido bien inmerecidamente.
Somos solidarios en las tragedias, aunque muchas veces (no siempre) damos de los que nos sobra pero cuando nos toca dar de lo que no nos sobra empezamos a refregarle al 54% que debería pagar o renunciar a la subvención, e inconscientemente dejamos de ser solidarios por el falso sentido de justicia ya que no sería “para todos” sino que se empezarían “por algunos” y si esos cumplen el 46% cumple. En definitiva ni siquiera protestan por la quita de las subvenciones sino que se resignan a pagar hasta el 400 % de aumento (dicen por ahí) luego de que el 56% pague y de esa forma “todos contentos acompañarán la gestión.”
(Dejo aquí el texto del 46%:
Sería justo que todos los que la votaron, sean los primeros en pagar el aumento de tarifas por las quitas de subvención (incluidos los que tienen plan descansar).
Es fácil de implementar:
Paso 1: Van a una oficina de la AFIP
Paso 2: Gritan con orgullo: Yo la voté!
Paso 3: Te hacen la quita de los subsidios
Paso 4: Pasas por la caja a pagar lo que corresponda (algunos patriotas con la frente bien alta pagarán el 400 % de aumento dicen por ahí)
El resto que no la votamos, esperamos pacientemente unos meses a que todos terminen el trámite (el 54%, no vaya a ser cosa que falten algunos eh!!), y luego nos toca el turno y todos contentos acompañaremos la gestión)
¿Y si hacemos al revés? Apoyamos la gestión del gobierno (sin ser kirchneristas) y que se le quite la subvención a las empresas (que generaron el subempleo, los contratos y sub contratos basura, las tercerizaciones, etc) y a su vez hacer cumplir la promesa del gobierno de que las tarifas a los servicios e impuestos no serán aumentados para que “el pueblo”, o sea “todos”, terminemos pagando la quita.
Dejo mi saludo ritual como un apretón de manos o un "Ave María Purísima", Firme y Digno, Bocha... el sociólogo.
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