Por Lic. Fabio Seleme
Todo estaba preparado para darles de consumir la foto de Jaime esposado a los muchos imprevistos moralistas indignados que abundan hoy en la Argentina cuando saltaron los Panamá Papers, para ratificar (ya era sabido) que el líder de los improvisados moralizadores era un evasor y/o elusor de impuestos y/o lavador de dinero de escala planetaria.
Bala desperdiciada…
Ahora tendrán que buscar alguna otra cosa más creíble que una heroica lucha contra la corrupción para tapar una producción promedio de 15.000 pobres diarios y el megaendeudamiento. Porque si un grupo de personajes de reparto contando plata bastaban para refutar las reivindicaciones tangibles de un proyecto político que duró 12 años, que el actual personaje principal de la tragedia que lleva tres meses le aparezcan empresas fantasmas en Bahamas debe significar para esos custodios de la moralidad nacional la indubitable certeza de que el mal en persona se ha apropiado de la presidencia de nuestro país.
Salvo que el problema nunca haya sido la corrupción.
Fuente: https://www.facebook.com/photo.php?fbid=1752875071610854&set=a.1544722752426088.1073741827.100006651348251&type=3&theater
Dejo mi saludo ritual como un apretón de manos o un "Ave María Purísima", Firme y Digno, Bocha... el sociólogo.
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