Es lamentable, y lo digo como argentino de tercera generación de inmigrantes italianos, que esto esté circulando en las redes sociales y en especial de amigos que son tan descendientes de inmigrantes como yo.
Si Alberdi hubiera pensado así, la Argentina jamás se hubiera poblado. Él pensó una política demográfica de estado: "Gobernar es poblar" en su libro "BASES" y puntos de partida para la organización política de la República Argentina.
Esta política demográfica sigue aún en pie. Es inútil pensar que este objetivo político ya se ha cumplido. Los que exigen una Argentina para argentinos es negar la propia historia de la Nación, o peor aún desconocerla totalmente y negarse a si mismos y a sus antepasados.
Nada es fácil, ni antes ni ahora, pero más difícil será cambiar de raíz nuestra deforme realidad demográfica y visión hacia el extranjero para ello se requiere de una primera y esencial condición necesaria – aunque no suficiente- que es construir una voluntad política consensuada en la clase dirigente para cambiar nuestra deformidad demográfica y que esa voluntad sea conocida, asumida y protagonizada por la mayoría del pueblo argentino para cambiar la visión de aquellos argentinos, en su mayoría, que tienen sus raíces en lo más profundo de Europa.
Sino no estamos honrando al preámbulo de nuestra Constitución Nacional que dice:
"Nos, los representantes del pueblo de la Nación Argentina, reunidos en Congreso General Constituyente por voluntad y elección de las provincias que la componen, en cumplimiento de pactos preexistentes,
con el objeto de constituir la unión nacional,
afianzar la justicia, consolidar la paz interior,
proveer a la defensa común, promover el bienestar general,
y asegurar los beneficios de la libertad para nosotros,
para nuestra posteridad y para todos los hombres
del mundo que quieran habitar en el suelo argentino; invocando a la protección de Dios, fuente de toda razón y justicia: ordenamos, decretamos y establecemos esta Constitución para la Nación Argentina."
¿Y qué pasa con nuestros pueblos originarios, si los tratamos como extranjeros, no son acaso argentinos nativos?
Dejo mi saludo ritual como un apretón de manos o un "Ave María Purísima", Firme y Digno, Bocha... el sociólogo.
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