La argumentación posmo es claramente sofística, y nace de la arbitrariedad del poder. Así se vuelve equivalente el argumento del explotador y el del explotado y se deja de lado la pequeña cuestión que es la explotación del hombre por el hombre. "Votemos", te diría un "demócrata" neoliberal, y con todo el poder de los medios de comunicación aterraría a aquellos que pudieran votar otra cosa, o pagaría y corrompería a los politiqueros del partido que fuera con tal de impedir todo lo que fuera distinto. La alienación ideológica es su seguro.
El posmodernismo justifica las injusticias sociales y demás problemáticas contemporánears por lo cual, lejos de ser una idea novedosa, corresponde a una idea reaccionaria que niega las conquistas de la ciencia moderna que se han venido dando desde el siglo 18 y se han acelerado de manera vertiginosa en las últimas décadas para darnos un conocimiento cada vez maás profundo de la naturaleza y la sociedad.
También es peligroso catalogar a la posmodernidad como si se tratara de una posición homogénea que comparten autores tan diferentes entre sí como Lyotard, Derrida, Deleuze, Vattimo o incluso el mismo Lacan. Lo único que comparten todos los autores "posmodernos" es una fuerte desconfianza frente al optimismo moderno heredado de la Ilustración. Sin embargo las consecuencias que se deduzcan de este escepticismo no necesariamente son las mismas.
Vivimos en la Modernidad Líquida de Bauman, es decir en un proceso de creación destructiva, en el estructuralismo de Levi Straus; impotentes creyendo que hay "soluciones locales a los problemas globalmente producidos" como plantea Habermmas, vivimos al limite de la relatividad de Einstein, hemos dado muerte a la "nueva mente del emperador" de Penrose, y el abismo sigue, profundo e impenetrable, como un agujero negro.
Autor desconocido... por lo menos para nosotros.
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