Seguridad Humana

Seguridad Humana: Un enfoque poco entendido pero necesario.

Bertha García Gallegos*

Durante la Guerra Fría, la doctrina de seguridad nacional que se construyó en occidente relacionó la seguridad con el desarrollo. Las perspectivas han cambiado, sobre todo después de haber descubierto el lado más tenebroso de la guerra (Irak y el terrorismo), y ahora se habla de desarrollo y seguridad. El orden de las palabras en la ecuación cuenta porque cambia el sentido del objeto.

En la primera forma se pensaba que, para tener desarrollo, había que tener seguridad. Puesto que la seguridad se asociaba, en último término, con la guerra o el uso de la fuerza militar, resultaba que quienes eran llamados para procurarla eran las instituciones militares que se reservaban el derecho a actuar en nombre de un Estado que se defendía a sí mismo en primer lugar. En la actual denominación, se entiende que el Estado garantiza los derechos de la persona y procura establecer las condiciones para su realización. Si esto se consigue adecuadamente, se podrá llegar a tener mayores márgenes de seguridad para todos. La

seguridad es un derecho y no solo un bien público.

El concepto de seguridad remite a un conjunto de bienes a proteger. Pero la calidad de “hallarse seguro” no solo tiene que ver con percepciones subjetivas sino con disposiciones preventivas legitimadas por la sociedad. Las sociedades que reconocen sus derechos buscan protegerlos disponiendo la organización adecuada en la que depositan su confianza y a la que le dan legitimidad. El Estado responde a esta voluntad y la política es la forma de representar y proteger aquello que es un bien de todos.

El cambio de paradigma, de la Seguridad Militar a la Seguridad Humana, supone una verdadera revolución en el campo del derecho, la política, la gobernanza, los derechos humanos y la paz. Pero es evidente que con

ello recién empieza un camino que deberá construirse apelando a la racionalidad, a la ciencia y a la ética. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) publicó el concepto de Seguridad Humana en su Informe sobre el Desarrollo Humano de 1994. Desde entonces, el término ha sido tan mal usado y poco entendido que amenaza con perder su verdadero significado. El nombre de la Seguridad Humana ha sido utilizado para legitimar el mal uso de la fuerza, para mantener políticas clientelares que solo son útiles para replicar la pobreza y para justificar cualquier promesa política que en su debido momento no se puede o no se quiere cumplir. El tema no ha sido incluido en los debates parlamentarios de las Comisiones de Defensa. De él no se preocupan los gobernantes ni los funcionarios públicos.

El enfoque discute la seguridad tradicional en su concepción centrada únicamente en la defensa, independencia e integridad territorial del Estado y el empleo de medios militares frente a agresiones armadas externas. También propone formulaciones alternativas que han ensanchado el concepto de seguridad incorporando en el registro de las antiguas amenazas militares a otras de tipo económico, político, social, medioambiental, alimentario y jurídico, que tienen que ver con lo que interesa a las personas en la vida cotidiana.

El Informe Seguridad Humana Ahora, publicado en el 2003 por el PNUD, aportó cifras significativas y un esbozo de la situación de los vínculos entre violencia, delincuencia, pobreza, insalubridad, educación, analfabetismo y acceso a la información a nivel mundial.

También señaló la necesidad de tener un enfoque integrado de acción e ir más allá de lo que han logrado los

enfoques de desarrollo humano. Para esto propuso seis esferas de preocupación para la seguridad humana:

1. Protección de las personas durante conflictos violentos.

2. Movilidad humana.

3. Inseguridad económica, que incluye la seguridad social, el acceso al agua limpia, al trabajo, a la tierra, al crédito, a la vivienda y a la educación.

4. Salud (sobre todo en lo referente al riesgo de expansión del VIH/SIDA, impactos de las enfermedades

infecciosas y las relacionadas con la pobreza).

5. Educación, dado que los riesgos que provienen de su falta determinan el acceso a condiciones de vida.

6. Cultura (respeto al medio ambiente, integración, tolerancia, y acceso a la información que habilita a las personas para ejercer derechos y asumir responsabilidades).

Pese a que existe una prolífica producción de ponencias, producto de las abundantes conferencias y seminarios sobre el tema, subsisten problemas de claridad conceptual, operatividad y aplicabilidad que pueden dejar el asunto tan sólo en buenas intenciones. Se corre el peligro de no poder desarrollar políticas concretas y de dificultar los procesos de toma de decisiones. La perspectiva de Seguridad Humana concede urgencia en el ámbito de las políticas públicas a los llamados problemas de desarrollo ya que categoriza dentro de los riesgos y amenaza a la falta de su oportuna provisión. Este ámbito requiere un enfoque global, regional, cooperativo de la política exterior y de la seguridad concernida en los temas de prevención y precaución. Sin duda la confrontación de ideas, el análisis de casos y sectores y la discusión académica son una necesidad.

                                                                                     

* Directora de Democracia, Seguridad y Defensa.

Fuente: Boletín Bimestral; Programa: Democracia, Seguridad y Defensa HACIA UNA CULTURA DE DIÁLOGO Y PAZ.

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Dejo mi saludo ritual como un apretón de manos o un "Ave María Purísima", Firme y Digno, Bocha... el sociólogo.