"En esta ciudad hay esclavos", denunció el cardenal Jorge Bergoglio durante una misa en contra de la trata de personas, el trabajo esclavo y la exlusión, celebrada en el hall de la estación Constitución.
"Nuestra ciudad para muchos habitantes es una picadora de carne", continuó Bergoglio, y aseguró que existe gente a la que "se la saca, se la descarta, se la explota de tal manera que se le quita la libertad".
El cardenal aseguró que en Buenos Aires "se hacen sacrificios humanos". "Se mata la dignidad de estos hombres y mujeres, de estos chicos y chicas sometidos a la trata. Esta ciduad está llena de chicos apaleados por estas organizaciones que los van corrompiendo, les quita la voluntad y los deja tirados al borde del abismo", indicó.
Bergoglio denunció la existencia de coimas, "esa receta tan porteña", para "salvar el pellejo". "Si no existiera eso, no se podrían encubrir estas mafias que sacrifican vidas humanas y que someten a la esclavitud, quitando la libertad".
"No nos hagamos los distraídos", criticó el Cardenal. "Somos campeones en mirar para otro lado", agregó, y llamó a la población a señalar "dónde están los focos de sometimiento, de corrupción, las picadoras de carne, los altares donde se ofrecen esos sacrificios humanos". "No nos lavemos las manos porque si no somos cómplices", concluyó.
Bajo la consigna "por una Patria sin esclavos ni excluidos", Bergoglio convocó una misa junto con agrupaciones sociales en la estación Constitución, centro del barrio que es uno de los focos más importantes de trata de personas.
El Cardenal no le respondió a Cristina Kirchner, quien había dicho que la presión de la Iglesia en contra del matrimonio gay "parece la de la época de las Cruzadas".
Dejo mi saludo ritual como un apretón de manos o un "Ave María Purísima", Firme y Digno, Bocha... el sociólogo.
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