Estratega del marketing o visionario, Rodríguez logró que su idea se aprobara y, vía embajada estadounidense en Argentina, se hicieron llegar los carnés 80.399, 80.400 y 80.401 a Aldrin, Armstrong y Collins, respectivamente, a la vez que se enviaron a los astronautas, como presente, camisetas y banderines para sus hijos. por Marcelo Daniel Taborda
foto archivo/Taller Blog
El deceso del astronauta Neil Armstrong, quien pasó a la historia como el primer hombre que pisó la Luna, revivió imágenes, emociones, nostalgia y no pocas polémicas en torno a aquel acontecimiento que la televisión trajo al mundo entero en julio de 1969.
Pero entre tanta semblanza, obituarios y revisionismo que se vertieron por todos los medios hoy al alcance de los terrícolas, casi pasó inadvertida la información que recogió en un escueto cable la agencia de noticias española EFE.
La información daba cuenta de que Armstrong llevó consigo a la Luna, en la misión del Apolo 11, un banderín de Independiente de Avellaneda. Sí, un banderín rojo del equipo que hasta aquí ganó más veces la Copa Libertadores de América pero hoy pena con su promedio para el descenso.
La nota indicó, además, que fue el propio Armstrong, cuando visitó Buenos Aires en noviembre del año 1969 junto con sus compañeros del Apolo, Edwin Buzz Aldrin y Michael Collins, quien confirmó que el banderín acompañó a los astronautas y, según sus palabras, “trajo suerte”.
Para que Armstrong tuviera un distintivo del “Diablo Rojo”, medió una inteligente gestión de un tal Héctor Rodríguez, por entonces secretario de Cultura y Relaciones Públicas del club, quien antes de que la nave partiera al espacio propuso convertir a quienes luego serían “héroes del siglo” en socios honorarios.
Estratega del marketing o visionario, Rodríguez logró que su idea se aprobara y, vía embajada estadounidense en Argentina, se hicieron llegar los carnés 80.399, 80.400 y 80.401 a Aldrin, Armstrong y Collins, respectivamente, a la vez que se enviaron a los astronautas, como presente, camisetas para sus hijos y los mentados banderines.
foto archivo/taller Blog
Hasta ahí la información recogida y retransmitida por EFE. Después, no faltaron los cuestionamientos a las singulares anécdotas del alunizaje.
No sólo volvió la polémica de la bandera estadounidense, cuyo flameo en las fotos alimentó versiones de que lo que se vio en la televisión aquel julio fue un montaje en algún desértico paraje de Arizona, con el que Washington empardó la carrera al espacio que venía perdiendo con los soviéticos. O la que, más que la veracidad del hecho, cuestiona una reivindicación soberana de un espacio del que somos dueños todos los seres humanos de este planeta, según rezan las consignas del siempre vapuleado derecho internacional.
Pero la noticia del banderín despertó también recelos y envidias; como la del colega Alejandro Mareco, identificado con Estudiantes de La Plata, quien recriminó desde Córdoba, en privado y post mortem a Armstrong, no haber llevado un banderín “pincharrata”, ya que al momento del alunizaje su equipo era aún campeón del mundo.
La muerte de Armstrong movió a reflexiones prístinas como esa, o como la de Aldrin, quien a los 82 años (la misma edad que tenía su compañero de aventura) se lamentó de que no tendrá la compañía de este cuando dentro de siete años se evoque el cincuentenario de la gesta.
Claro que los oportunistas de siempre trataron de sacar rédito a lo que transmitía Armstrong.
Uno de ellos fue el republicano Mitt Romney, quien lo evocó en su campaña electoral durante su discurso de aceptación de la candidatura a presidente, antenoche en Tampa.
Por eso quizá la familia del astronauta eligió homenajes discretos y a tono con el difunto, y pidió ayer simplemente a la gente que quiera honrarlo que alzara la vista hacia la última Luna llena del mes, en silencio.
Una Luna que, aunque ridículamente loteada por especuladores y románticamente prometida por soñadores, es de todos, porque no es de nadie. Aunque hace 43 años los rojos futboleros, que hoy temen un descenso más abrupto y traumático que el del Apolo, pudieron haber sentido que era la Luna de Avellaneda.
Fuente: http://www.lavoz.com.ar/noticias/mundo/neil-armstrong-luna-roja-avellaneda
COMENTARIO: Si bien no creo en realidad de que Armstrong haya pisado la luna debo no creer también, dejando de lado mi fanatismo por el Club Atlético Independiente, que en la luna hay clavado un banderín del club. Lo que si se sabe es que los tres asstronautas son socios honoríficos. Espero que el banderín, que al igual que cuando estuvieron en el espacio les trajeron suerte, también prime en los dirigentes e hinchas lo que el representa para así sacar adelante al DIABLO ROJO en esta etapa de duro trance.
Aparte de ser los auténticos reyes de copas, y de tener supuestamente un banderín clavado en la luna, los tres astronautas son socios del club... y aquí hay dos verdades innegables.
Según el astronauta estadounidense Neil Armstrong (socio número 80.400 del Rojo), un banderín de Independiente fue la cábala oficial del Apollo XI y formó parte del histórico viaje, del cual hoy se cumplen 40 años. Fue la consecuencia de una propuesta magistral de Héctor Rodríguez, por entonces secretario de Cultura y de Relaciones Públicas del club de Avellaneda, quien ante el inminente viaje del Apollo XI propuso convertir en socios honorarios del Rojo a Armstrong, a Edwin Aldrin y a Michael Collins, con una teoría irrefutable: "Si ellos van a ser los héroes más grandes del siglo, tienen que ser socios de Independiente".
La idea tuvo aceptación en el club y fueron firmados por Boris Lisnovsky, en ese entonces tesorero y hoy vicepresidente del Rojo. De ese modo, Aldrin fue el afiliado número 80.399, Armstrong el 80.400 y Collins el 80.401. Los carnets llegaron a destino antes de la partida del Apolo XI, y tenían como fotografías las oficiales, facilitadas por la embajada, en la que los tres aparecen con sus respectivas escafandras. Sin embargo, en la visita que Armstrong y Collins realizaron a la Argentina en noviembre de 1969, como parte de una gira mundial organizada para celebrar la epopeya con toda la humanidad, Rodríguez fue invitado a participar en una recepción que se realizó en la embajada estadounidense.
Ese día, por medio de una traductora, y en presencia del embajador norteamericano, John Davis Lodge, Armstrong le confesó al dirigente de Independiente que el banderín del Rojo había realizado todo el viaje a la Luna y les trajo suerte.
También podríamos decir que el BOCHA Bochini, jugador ídolo y estrella del club, era de otro planeta pero en fin esa es otra de las grandes historias del club.
Los hinchas de Independiente somos los únicos en el universo que podemos prometer dar la luna para jugar a cualquier chica porque sabemos de qué estamos hablando, no como Alejandro Sanz que no sabe quién se la bajará!!! : ))
Y ahora a ponerse de pie para cantar el himno de INDEPENDIENTE:
Y ahora a ponerse de pie para cantar el himno de INDEPENDIENTE:
Saludos rituales, Bocha... el sociólogo.
nuestra divisa granate
y en medio de un gran combate
flameará nuestra bandera"... hasta en la luna !!!!