Ortega y Gasset, conferencia en la ciudad de La Plata en 1939 Para animarnos a la recuperación de nuestros ideales, de nuestro carácter y de nuestro destino de grandeza: “¡Argentinos, a las cosas, a las cosas! Déjense de cuestiones previas personales, de suspicacias, de narcisismos. No presumen ustedes el brinco magnífico que daría este país el día que sus hombres se resuelvan de una vez, bravamente, a abrirse el pecho a las cosas, a ocuparse y preocuparse de ellas directamente y sin más, en vez de vivir a la defensiva, de tener trabadas y paralizadas sus potencias espirituales, que son egregias, su curiosidad, su perspicacia, su claridad mental secuestradas por los complejos de lo personal”

Evolución

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martes, 1 de mayo de 2012

¿Dónde está el supuesto millón de abortos clandestinos anuales?

La realidad: en cinco años pasan de 13.400 a 20.300.




P. J. Ginés
Cualquier mujer mexicana puede abortar legalmente fetos de hasta 12 semanas sin alegar causa alguna en México Distrito Federal (donde viven casi 20 millones de habitantes). Además, hay plazos para abortar por causa de violación, de riesgo para la salud de la madre y de malformación "grave" del feto.
Human Rights Watch, que asume el discurso de las asociaciones abortistas, hablaba en su web en 2006 de entre medio millón y un millón de abortos al año en México : "En 2003 la Universidad Autónoma de México publicó un estudio estimando que aproximadamente medio millón de mujeres y chicas se practican un aborto (tanto legal como ilegal) cada año en México.
En 2005 la UNAM actualizó su estudio, concluyendo que la cifra anterior infravaloraba seriamente la prevalencia del aborto y que el número de abortos en México cada año era cercano a un millón. Una estimación publicada por el Centro Latinoamericano sobre Salud y Mujer (Celsam) concluyó en 2004 que el número de abortos anuales está entre medio millón y 850.000. El gobierno mexicano, con datos de 1995, solo estiman unos 100.000 abortos clandestinos al año".
El aborto libre hasta las 12 semanas llegó a México Distrito Federal en verano de 2007: 5 años después, los abortos practicados allí han sido casi 78.000 (exactamente, 77.919 a lo largo de estos cinco años). 
¿Qué pasó, podemos preguntar una vez más, con el millón de abortos anual clandestino del estudio de la UNAM y de HRW? ¿Cómo es que no van un millón de mexicanas a abortar cada año al DF? ¿O al menos medio millón? ¿O al menos cien mil, como calculaba el Gobierno mexicano? ¡Hablamos de un país de 112 millones de habitantes! La realidad es que al legalizarse el aborto, la demanda real en México era de entre 13.000 y 20.000 abortos anuales, no de un millón.
El "aborto legal" también debía servir, se dijo, para romper tambús y -fomentando la anticoncepción, reducir el número de abortos. Así, al 39% de mujeres que han abortado se les ha implantado un DIU (que es en sí un método con efecto abortivo precoz en muchos casos, no es sólo anticonceptivo); a otro 15% se le han dado pastillas contraceptivas; sólo un 17% se ha ido tars el aborto sin aceptar material anticonceptivo.
¿Reduce esto las cifras de abortos? No lo parece, ya que las cifras de abortos en el DF aumentan cada año, igual que pasó en España y en todos los países del mundo.
2008 - 13.400 abortos legales
2009 - 16.475 abortos legales
2010 - 16.945 abortos legales
2011 - 20.314 abortos legales
Las cifras oficiales especifican que sólo el 8,5% de las mujeres que abortaron tenían meramente estudios primarios: el 30,5% tenía estudios secundarios; el 40% enseñanza preparatoria y el 20% estudios superiores.
La mitad de las mexicanas que abortaron eran solteras (53%) y otro 27% vivían en "unión libre": sólo un 17% estaban casadas.
El 37% eran amas de casa; un 25%, estudiantes, un 20% asalariadas; el resto pertenecían a diversas categorías laborales.
El cronista de Los Angeles Times también repetía en su época el mantra de que "según una estimación, más de 3.500 mejicanas mueren  por abortos chapuceros cada año". ¿Dónde están los cadáveres? Los datos oficiales del Ministro de Salud mexicano citado en marzo de 2007 en el muy abortista New York Times son de 88 mexicanas muertas por aborto en 2006, no 3.500. Incluso en diciembre de 2011, el director de Salud Materna de la Secretaría de Salud de México contaba que fueron 849 las mujeres embarazadas o en periodo post-parto o post-aborto que murieron en todo México : una cifra triste, pero muy inferior a los bulos del abortismo. Puede que alguna mujer muera por provocarse un aborto chapucero y que se contabilice por complicidad o conveniencia como "muerte materna", a secas... perosi mueren 849 por TODAS las causas ligadas de alguna manera a la maternidad, es evidente que no mueren 3.500 por abortos chapuceros. Los cadáveres no desaparecen.

COMENTARIO: Aquí se dice que en Argentina se hacen más de 500.000 abortos clandestinos sobre un total de un poco más de 40 millones de habitantes, y allá en México 1.000.000 de abortos clandestinos sobre un total de 112 millones de habitantes. .... ahora bien, el artículo desmiente esa cifra entonces habrá que reducir también la estadística argentina y apuntar en serio a la enseñanza de educación sexual en los colegios.

Dejo mi saludo ritual como un apretón de manos o un "Ave María Purísima", Firme y Digno, Bocha... el sociólogo.

4 comentarios:

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Federico Gabriel Rudolph
¿Y el objetivo de este artículo es...? Muchas cifras que se comparan y desmiente entre sí, Oscar, pero no veo a dónde apunta. Los abortos no van a disminuir por sí sólos aplicando una ley que los legalice; es necesaria sin duda y es el primer paso que tenemos que dar obligadamente si queremos disminuir la cantidad de abortos anuales y las posibles muertes de las madres. Si no se legaliza, las cifras ciertas nunca van a ser conocidas y cualquier política que se pretenda establecer a favor o en contra del aborto estará lejana a la realidad. Aceptar la realidad es el primer paso para poder cambiarla y por ello es necesario aceptar que el aborto es -desde el punto de vista de la mujer embarazada y de quien le acompaña en su decisión- una técnica anticonceptiva más (muchas mujeres que abortan lo hacen en repetidas ocasiones; datos no oficiales, pero comprobables). Como digo, el aborto debe legalizarse (por la simple razón de que continuará su práctica, nos guste o no). Su legalización debería permitir entrar en contacto directo con la embarazada y poder asisitirla debidamente. Lo segundo que hay que implementar es una política de educación sexual que le permita conocer a esa mujer la existencia de otros métodos anticonceptivos mucho más seguros, baratos y simples; sin riesgo para la vida: pastillas anticonceptivas y preservativos. Según leo en el informe, en los países donde el aborto es legal las mujeres no adoptan como medida anticonceptiva otros métodos (lo que nos dice que seguramente volverán a recurrir al aborto en otra oportunidad). ¿Dónde está la falla? Pues pareciera que legalizar el aborto no es el mejor camino: En la falta de conducta (educación) sexual -los abortos por violación y en caso de menores, es tema aparte-. Es interesante ver, en este país y otros, cómo se producen embarazos a diestra y siniestra y cómo las madres solteras buscan establecer la paternidad a través de estudios de ADN. Algo muy común y frecuente en nuestro país (ni siquiera la madre sabe quién es el padre; o el padre, ni enterado estaba o no se quiere hacer cargo de la paternidad). Si analizamos este segundo fenómeno, sale rápidamente a la luz que los anticonceptivos no son muy utilizados (ni por los hombres, ni por las mujeres). No es el desconocimiento del poder de los anticonceptivos lo que debe preocuparnos, sino la educación en su uso. Si queremos disminuir los casos de aborto, debemos ocuparnos de enseñar, personalmente, a nuestros hijos que deben utilizar el preservativo en todo momento (hasta tanto consideren la posibilidad de ser padres, para evitar el contagio de enfermedades venéreas y como una forma de respeto hacia ellos mismos y su pareja) y a las mujeres explicarles el ciclo menstrual adecuadamente, acompañarlas a un ginecólogo y explicarles las ventajas de optar por el uso de las pastillas anticonceptivas y la exigencia a su pareja del uso del preservativo (por semejantes razones). La educación, el respeto y la educación en el respeto hacia uno mismo y hacia el otro alcanzan y sobran para combatir todos los males. La cantidad de abortos van a disminuir, cuando seamos más educados y más respetuosos. No encuentro otra fórmula por el momento. Aún así, debemos saber que no van a dejar de realizarse, sería una utopía pedir semejante cosa. Un abrazo.

Bocha
El informe apunta a la manipulación estadística "inflada" que se usa para legitimizar su aplicación. No estoy a favor del aborto en ninguno de los casos y la educación en el amor y el ejercicio de la Ley es el camino, a mi entender, para que un inocente no sea el chivo expiatorio de la víctima de un pervertido, y éste siga como si nada para seguir "arruinando" vidas. Gracias por tu opinión y por compartirla.

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Federico Gabriel Rudolph
Sólo veo los números, pero no veo que el informe apunte a otra cosa. Como nota, tampoco estoy a favor del aborto, por eso considero necesaria su legalización (las cifras no van a bajar hasta que aceptemos que existen y mientras siga realizándose su práctica en la clandestinidad). Negarse a aceptar la legalización del aborto es negar la realidad y eso no contribuye a combatirlo. Además, hay muchas, no una sola razón por la cuál se practica el aborto; generalizar en el tema, tampoco ayuda. La ley debería contemplar eso. El caso de las mujeres (y niñas) violadas, o niñas embarazadas por otras causas, ¿quién es la víctima? ¿La niña? ¿El feto? Las relaciones sexuales a temprana edad, sin protección, tampoco van a dejar de practicarse por más educación que le demos a nuestros hijos; mejor prevenir y repartir preservativos (y fomentar su uso) en las escuelas, las iglesias, espectáculos públicos y todo lugar público en general antes que tener que llegar al aborto. Hay que entender que por más que los padres queramos una cosa, nuestros hijos harán lo que les dicte la razón y las circunstancias del momento, llegado el caso. Hay que estar preparados, pero no podemos descartar las opciones, por duras que nos parezcan o contradictorias a nuestros propios deseos y convicciones. Se puede estar de acuerdo o no con el aborto (o medianamente de acuerdo o no), lo que implica que no alcanza la razón ni los argumentos morales para conocer si está bien o mal hacerlo. Debemos recurrir al pensamiento crítico para poder encontrar la solución más acertada. Al menos, en mi opinión.

Bocha
Aun no me convencen las razones para su legalización... todo aquello que no se puede prevenir o combatir se la legaliza... ¿drogas?,
¿eutanasia? y ahora el aborto.
Niña y feto son víctimas... tal vez si el feto fuera declarado gay desde su concepción tendría más derechos.

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Federico Gabriel Rudolph
La prohibición no alcanza para combatir un flagelo (demasiado claro lo dejó la Ley seca de los EEUU, que lo único que logró fue el crecimiento de las mafias). Son las acciones que se realizan alrededor de lo que consideramos un mal lo que hacen que este disminuya. La prohibición convierte en delincuente a la víctima y en lugar de contribuir a su sanación, lo marca ante la sociedad como un paria. No veo como eso puede ayudar a minimizar las cifras de abortos en nuestro país, siendo que ni siquiera conocemos cuáles son. ¿Cómo se puede pretender tomar medidas o crear políticas en torno a un número que se desconoce? Primero legalizar, segundo concientizar para que no se repita y para que no se propague. Lo prohibido se convierte en tabú, y de los tabúes no se habla en público. Prohibir el aborto, no hace que este deje de existir; muy por el contrario. No hay que olvidarse del negocio que existe tras ello.

Bocha
Pero al revés es exactamente igual, tampoco hace que este deje de existir. Solamente se conforma a los disconformes. No se conocen los números reales pero se manejan estadísticas infladas para asustar y legitimar políticas. ¿Primero legalizar? primero educar, pero claro educar sale caro a pesar que la ignorancia trae consecuencias peores como el negocio del aborto clandestino.

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Federico Gabriel Rudolph
La educación es un proceso a largo plazo. La legalización se puede aplicar en forma mucho más inmediata. No se puede aplicar ninguna política sin contar con cifras ciertas. Tampoco podemos juzgar primero y condenar sin comprender antes el proceso que ha llevado a una persona a tomar la decisión de abortar. Me pongo en el lugar del padre de la niña y en el del compañero de la mujer que están por abortar. ¿Cuál es mi postura? ¿Puedo condenar a mi hija o a mi pareja? ¿Qué pasó que llegamos a esa situación? Si considero que tengo el deber de condenar a quien piensa en abortar, debo condenar a la sociedad entera (lo cual me inluye) y al estado también, pues han permitido que ocurra una tragedia. Si queremos disminuir los casos de aborto, no podemos empezar culpando, hay que comenzar comprendiendo. Si nos creemos más humanos y sensibles que quien toma semejante decisión, debemos ponernos en su lugar y tener un mínimo de empatía con ellas; de otro modo, no somos mejores. La legalización al menos combate el negocio clandestino, justamente. Pero, también, genera mecanismos que permiten el contacto con la niña o la mujer, su asistencia médica con el menor riesgo y la debida atención psicológica; no sólo para la niña o la mujer, sino para su entorno. La ilegalidad, no permite nada de esto y contribuye a sostener el negocio clandestino. El aborto, es un error; pero, ¿no es un error también obligar a una niña -contra su voluntad- a tener un hijo que no lo quiso de ninguna manera, fruto de una violación o un descuido por desconocimiento a causa de su edad? ¿Realmente podemos tomar esa decisión en su lugar o en el lugar de su familia? En fin, un tema largo...

Bocha
Al único que culpo es al Estado por aplicar políticas educativas que vayan en ese sentido. Niñas que no saben que hacer y padres que no saben que aconsejar... y alguien en formación que no se puede defender física y jurídicamente. La víctima de violación aparte de cargar con ese ultraje toda su vida tiene que cargar con las secuelas del aborto.
Con algunas de las mujeres que hicieron un aborto, su reproche (porque se los he escuchado decir) después de muchos años es que "podrían haber hecho otra cosa"... y que esa "amiga" que le aconsejó hacérselo nunca más la vio.
Lo escribo fácil, pero me quedó grabada su mirada de lejanía... de soledad... casi al borde de la locura por que cada vez que la veo su discurso, mirada y lejanía es exactamente la misma.
Las generaciones pueden ir cambiando pero curiosamente la solución y las consecuencias son exactamente las mismas de hoy que las de ayer. No hace mucho las mujeres de condición humilde valoraba la vida humana (y creo firmemente que aún lo sigue haciendo) y sea la circunstancia que fuera el hecho del embarazo tenían a las criaturas igual sabiendo de su estigma social de marginalidad.
Esas super familias (pobres) molestaban (y aún molestan) a la clase media y alta... legalizar lo ilegal en nombre de los derechos es lo más torcido que estoy viendo y muchos que dicen no querer el aborto como solución terminan aceptándolo como fin práctico. Transformemos la realidad marginal de estas mujeres, prioricemos con políticas sociales la dignidad de "toda" su condición humana. Al único que hay que culpar, juzgar y condenar es al violador.
Mientras el Estado siga relajado y no afrontando la puesta en marcha de políticas económicas, legales y educativas a largo plazo, pero desde el paso a paso, siempre el hilo se cortará por lo más delgado: el niño por nacer. Entonces ¿para que bregar por los derechos del matrimonio igualitario, la identidad de género, los derechos gay si a los futuros gay´s, cónyuges del mismo sexo, etc se los está matando antes de nacer?.
Lo que molesta hay que matarlo... ojos que no ven corazón que no siente... y lamentablemente estamos en medio de una sociedad insensible por más que se hagan manifestaciones extraordinarias para legalizar el aborto.
Como vos decís: un tema largo. Gracias por el intercambio.

mirando por el retrovisor

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