Ortega y Gasset, conferencia en la ciudad de La Plata en 1939 Para animarnos a la recuperación de nuestros ideales, de nuestro carácter y de nuestro destino de grandeza: “¡Argentinos, a las cosas, a las cosas! Déjense de cuestiones previas personales, de suspicacias, de narcisismos. No presumen ustedes el brinco magnífico que daría este país el día que sus hombres se resuelvan de una vez, bravamente, a abrirse el pecho a las cosas, a ocuparse y preocuparse de ellas directamente y sin más, en vez de vivir a la defensiva, de tener trabadas y paralizadas sus potencias espirituales, que son egregias, su curiosidad, su perspicacia, su claridad mental secuestradas por los complejos de lo personal”

Evolución

Evolución
El conocimiento es bueno sólo si se comparte. Nada es imposible para una mente dispuesta. Espero que este blog ayude a aquellos que están buscando conocimientos, al igual que yo.
Libro de quejas:
A) Las imágenes y/o enlaces contenidos en este tallerblog tienen solamente una intencionalidad didáctica y una funcionalidad educativa.
B) No mantiene ningún tipo de relación con las personas o instituciones mencionadas en las notas.
Lo mismo sucede con todos los posibles enlaces invisibles adheridas por parte de terceros a las notas publicadas. Los cuales ya no son voluntad del administrador del taller blog. Ergo, el administrador no responde ni se responsabiliza sobre las actividades de los mismos.
C) El administrador y moderador de este Tallerblog hace todo lo posible por remover cualquier material cuestionable, pero todos los comentarios publicados en las entradas, o traídos de la página homónima de facebook, expresan las opiniones de sus autores y no la del administrador, moderador o blogspot por lo cual no se les considerará responsables excepto por los mensajes publicados por ellos mismos.

miércoles, 28 de abril de 2010

Reciclando sociológicamente a Erving Goffman.

Erving Goffman, una pequeña interacción con su obra.
Goffman es una especie de Woody Allen de la sociología estadounidense. La misma estatura, los mismos orígenes étnicos y sociales, el mismo matiz autobiográfico en su obra (hasta cierto punto). Uno y otro tienen una producción abundante, pero original; intelectual, pero apreciada por nutridos públicos. Uno y otro son profundamente patéticos” Winkin

Breve historia de un sociólogo canadiense que llegó a California y murió en Pensilvania.
Comienzo con este fragmento de la esquela que publicó el NY Times a propósito de la muerte de Goffman: “Nacido el 11 de junio en Manville, Alberta, Canadá; murió de cáncer el 19 de noviembre de 1982 en Pensilvania, Filadelfia. Científico Social, educador y autor. Un etnógrafo, Goffman es mejor conocido por sus teorías que sugerían que las acciones sociales de rutina, como el chisme, los gestos y los sonidos guturales, indicaban un esfuerzo natural para formular identidades…”.

La vida de Goffman es (como la de muchos sociólogos) antropológicamente interesante: hijo de inmigrantes judíos ucranianos en Canadá, se formó en química y después realizó actividades relacionadas con el cine (en la Nacional Film Board de Canadá). No fue sino hasta su llegada a Chicago que comenzó su carrera de sociólogo (aunque también hizo estudios de antropología social). Y mientras él estudiaba en Chicago, Parsons y Merton enseñaban en Harvard y Columbia respectivamente. Se casó con Angelica Schuyler Choate, hija de un burgués protestante, con quien tendría un hijo. Después de Chicago, fue catedrático en Berkeley y en Pensilvania. Previo a su muerte fungió como presidente de la Asociación Americana de Sociología. Dado que Goffman comunicaba tan vívidamente el “horror y la angustia, así como algo de la absurda comedia de nuestra vida cotidiana”, Marshall Berman, crítico de libros del New York Times, lo llamó el “Kafka de nuestros tiempos”<!--[if !supportFootnotes]-->[1]<!--[endif]-->. “Los momentos y sus hombres” es en realidad un texto compuesto por fragmentos escogidos de sus obras y que dan una panorámica general de su trabajo como sociólogo, además de tener como prólogo una excelente biografía intelectual titulada: “Retrato de un joven sociólogo”, hecha por Winkin

La sociología de Goffman:
Creo que todos estamos de acuerdo en que nuestro trabajo consiste en estudiar la sociedad. Si se me preguntara porqué y hasta qué punto, yo respondería: porque está ahí (Goffman, 2001, p. 204).

Goffman plantea una sociología basada en los datos (en ese sentido retoma, incluso explícitamente en un principio, la herencia Durkheimiana), pero a diferencia de Durkheim, Goffman piensa que “en un mundo social los objetos no se componen de factores objetivos del mundo exterior, sino de estos factores vistos desde el interior” (p. 127). De ahí que Goffman buscara los datos en las personas mismas ya que hay “todo un mundo dentro del individuo” (p. 127). Más que basarse en una disciplinada metodología científica, su trabajo se desarrollaba con un profundo interés en la observación, sin que esto signifique que su recolección e interpretación de datos no haya sido de una gran calidad científica. Tomando como referencia las dinámicas tanto individuales como de grupos, Goffman tenía una capacidad sorprendente para encontrar sentido en dichas interacciones:

Yo creía, y sigo creyendo, que no hay grupo – trátese de presos, de primitivos, de dotaciones de buques o de enfermos- en el que no se desarrolle una vida propia que se hace significante, sensata y normal en cuanto se le conoce desde dentro. (Citado por Winkin, 2001, p. 76-77),

Por ello el trabajo de Goffman se desarrolla con las personas: “Los sociólogos deben hablar desde el punto de vista de la gente que estudian, porque desde esa perspectiva se edifica el mundo que analizan” (p. 125). Aunque el trabajo de Goffman podría enmarcarse dentro del Interaccionismo Simbólico, él siempre rehusó el término para aplicarlo a su trabajo. Uno de los conceptos que sí acuñó, en su libro “La presentación de la persona en la vida cotidiana”, fue el de “dramaturgia”, en referencia a las imágenes que se van creando, a partir de movimientos, gestos, indumentaria, impostura, etc., sobre la persona, utilizando la metáfora teatral. Y algunos otros términos incluso son adelantados a teorías posteriores como en el caso de “Sistema” que aunque “Goffman no definirá nunca qué entiende exactamente por “sistema”, puede entenderse, como en Parsons, como un conjunto interdependiente de elementos” (Winkin, en línea). Un concepto que es clave en la obra de Goffman es el del “Orden de la interacción”, que establece un vínculo y una ruptura al mismo tiempo con la obra de Parsons ya que:

Para Parsons, la sociedad posee sus mecanismos autorreguladores, que mantienen el orden social. Para Goffman, la interacción posee sus mecanismos autorreguladores, que mantienen el orden de la interacción. Pero estos mecanismos autorreguladores son tan frágiles como el orden que protegen. Para ambos, el mundo social nunca tiene garantizado el orden. (Winkin, en línea).

Ahora bien, una de las características básicas del trabajo de Goffman es que no pretendía desarrollar una Teoría Sociológica, en el sentido más amplio y tradicional. Él mismo apunta:

Tengo grandes dudas sobre el valor de las teorías sociológicas en general de estos últimos años, y aun sobre el de sus sucesoras más limitadas, las teorías de alcance medio (la facilidad con que empleamos el término “teoría” por doquier en sociología, no el no tener ninguna, es lo que nos distingue de estos discípulos que las hacen). Sin embargo, creo que el suministro de una sola distinción conceptual, si pone nuestros datos en orden, los ilumina y se complace descubriendo sus perfiles, puede justificar nuestra pretensión de ser observadores de la sociedad. Y también es cierto que habremos fracasado gravemente si no conseguimos descubrir los procesos, los mecanismos, las estructuras y las variables que permiten ver a otros lo que no habían visto o relacionar lo que no habían juntado. Lo que necesitamos, creo, es una modesta, pero perseverante cualidad analítica (analyticity): necesitamos marcos conceptuales de bajo alcance” (citado por Winkin, pp.45-46)

Al hablar de sus primeros trabajos (y sirva como recapitulación), Freidson apunta 3 elementos claves en la obra de Goffman:

Primero, los primeros trabajos de Goffman se centraban en el ser individual (Individual Self), en un mundo que a la vez lo crea y lo oprime. Segundo, el trabajo de Goffman es intensamente moral en su carácter, marcado por una defensa pasional del ser frente a la sociedad. Tercero, el trabajo de Goffman no tiene una relación sistemática con la teoría académica abstracta y no provee de estímulos para tratar de avanzar en dicha teoría. Lo que le da un valor al trabajo de Goffman que va a perdurar mucho más que su sociología es su intensa humanidad y su estilo. (en línea)

Hagamos entonces un pequeño resumen de tres de sus trabajos más puntuales (y que son los comentados en el libro):

Su trabajo en la isla
Su trabajo en las islas Shetland se debe a que “la Universidad de Edimburgo inaugura en 1949 un Departamento de Antropología Social, y su director pide a Warner (profesor de Goffman en Chicago) que le mande un buen estudiante de doctorado que pueda dinamizar la nueva estructura” (Winkin, en línea). Este estudio a la postre se convertiría en su tesis de doctorado, publicada en 1953 con el título “Communication Conduct in an Island Community“. Lo más interesante de este texto es el modelo conceptual de Goffman, en el que aparecen ocho proposiciones sobre el “orden social” y que se basa en su observación de las interacciones de los habitantes de la isla. Por ejemplo, dice:

Cuando un individuo entra en el campo perceptivo de otras personas, una especie de responsabilidad le cae encima. Normalmente, debe presumir que su comportamiento se observará e interpretará como expresión de la opinión que tiene de aquellos que lo observan. Lo cual implica, en el mundo de la comunicación no dirigida, el esperarse de él que se comportará decorosamente, dando la importancia adecuada a la presencia del otro (Goffman, 2001, p.100).

De esta forma comienza a delinear lo que llamará “orden de la interacción”, que es el orden social pero en el plano de la interacción: “La vida comunicativa se basa en normas que permiten cierta regularidad en las interacciones” (Winkin, en línea), y que Goffman siempre defendió como un área sustantiva por derecho propio porque:

Los elementos que contiene encajan mejor entre si que con otros más allá de tal orden; que analizar las relaciones entre diferentes órdenes resulta crítico, constituyendo un área de estudio por derecho propio y que una investigación así presupone, en primer lugar, delinear los diferentes órdenes sociales; y que aislar el orden de la interacción proporciona un medio y un motivo para analizar diferentes sociedades comparativamente y la nuestra históricamente (2001, p.174).

Goffman, como ejemplo de este orden de la interacción apunta:
En general podemos confiar en que la gente hará una cosa: hará todo lo posible por evitar una “escena”. En este contexto, podemos añadir que muchos gestos aparentemente vanos parecen servir, en lo esencial, de índices denotadores de que su emisión es “responsable” y que se puede contar con él para desarrollar el juego social de mantener un acuerdo superficial con los demás (2001, p.97)

Sin dejar de ser poético en algunas ocasiones, por ejemplo al decir que “los modales cifrados ofrecen una isla de refugio que se puede alcanzar a nado cuando la mar se agita o cuando uno quiere retirarse en paz” (p. 105), Goffman continúa hablando sobre estos modales, recalcando que “el empleo de tácticas de ganancia es cosa tan corriente que a menudo es preferible entender la interacción, no como una escena de armonía, sino como una ordenación que permite perseguir una guerra fría.” (p.97)

Su trabajo en el manicomio.
Uno de sus textos que más interés (y críticas) ha suscitado fue el que desarrolló en el manicomio de Sainte-Elisabeth, cerca de Washington, institución del tipo que él llama “Insititución Total” (y enumera otras como las cárceles, los cuarteles o los campos de concentración). Es decir, instituciones con límites claros y donde las personas tienen definido un rol, o como él señala: “Casa de fuerza para cambiar personas, como un experimento natural de lo que puede hacerse con el ser (self)” (citado por Freidson, en línea). En ese sentido, él es muy crítico con el trabajo del manicomio y en lugar de programas de rehabilitación, se refiere a estas estancias como “ciclos metabólicos”, en el sentido del proceso que se lleva a cabo cuando un individuo entra, se mantiene y sale de dicha institución para su reintegración a la sociedad, y que se da de una manera parecida a este ciclo (con la entendida metáfora del “deshecho”, término por el que Goffman tuvo diferencias con Margaret Mead durante la presentación de su trabajo en las conferencias Macy´s). Goffman habla de que en estas “instituciones totales” el Ser pierde sus posibilidades de desarrollarse y mantenerse con las reglas con las que lo hace en el mundo cotidiano; aquí está impuesto y, por lo tanto, las personas que están en el proceso (ya sea en el nombre de Dios, de la justicia, del país o de una cura) “llevan implícitas una serie de abusos, degradaciones, humillaciones y profanaciones de sus seres y un retiro de todos sus soportes físicos y sociales que alguna vez las sostuvieron” (Freidson, en línea)

Su trabajo sobre la publicidad.
En su trabajo sobre la fotografía publicitaria, Goffman investigó la forma en la que la publicidad comercial reflejaba y ayudaba a dar forma a nuestro concepto de comportamientos de “masculinidad” y “feminidad”. Analizando una selección de fotografías publicitarias comerciales de revistas, que él mismo había coleccionado (más que recolectado), Goffman concluyó que las mujeres son subordinadas consistentemente a los hombres en una variedad de situaciones, relacionándose con ellos no como iguales sino como hijos con sus padres. Goffman menciona:

En resumen, tanto en la publicidad como en la vida, queremos poses brillantes, queremos exteriorizarnos; pero en la vida, buena parte carece de interés. En todo caso, posemos para una fotografía, o cumplamos un verdadero acto ritual, nos entregamos a una misma representación ideal de carácter comercial que se supone describe la realidad de las cosas (p. 168).

Esta es la continuación de lo propuesto anteriormente sobre la “dramaturgia”, por ello habla de la “Ritualización Social”, es decir, “la estandarización de la conducta corporal y vocal mediante la socialización, que confiere a la conducta -o a tales gestos si se prefiere- una función comunicativa especial” (p. 176). Lo que hacen los fotógrafos, dice Goffman, es “convencionalizar nuestras convicciones, estilizar lo que ya está estilizado” (p. 168). Y establece el concepto de “Hiperritualización” como una forma de explicar lo anterior.

Además de estos trabajos, Goffmann se interesó por otros “rituales” como los casinos de juego (le gustaba jugar) o por las clases altas (su esposa era burguesa). De ahí que Winkin señale la estrecha relación entre la obra de Goffman y su biografía personal.

Epílogo
Este texto resulta interesante como una introducción a la obra de Goffman, que para conocerse ha de ser revisada con detenimiento (y deleite, a mi gusto) en sus escritos en extenso. Termino con un consejo, del mismo Goffman, a los futuros doctores en teoría sociológica:

Tenemos una cosa que no debemos cambiar por nada del mundo: la facilidad para mantener un espíritu libre e independiente frente a cualquier elemento de la vida social y la cordura para buscar sólo en nosotros y en nuestra disciplina esta aspiración (Goffman, 2001, p. 205)

Bibliografía:
Freidson, E. (1983). Celebrating Erving Goffman. En Contemporary Sociology, 12 (4): 359-362. Disponible en: http://itsa.ucsf.edu/~eliotf/Celebrating_Erving_Goffman.html
Goffman, E. (1991). Los momentos y sus hombres. España: Paidós.
Winkin, I. (1991). Retrato de un joven sociólogo.
Disponible en: http://www.monografias.com/trabajos12/ervin/ervin.shtml.
Goffman Reader. Disponible en: http://people.brandeis.edu/~teuber/goffmanbio.html<!--[if !supportFootnotes]-->
-------------------------------------------------------------------------------
<!--[endif]--> <!--[if !supportFootnotes]-->[1]<!--[endif]-->
citado en http://people.brandeis.edu/~teuber/goffmanbio.html
Por: http://tesisantitesis.wordpress.com/2007/06/14/goffman-reciclado/

Dejo mi saludo ritual como un apretón de manos o un "Ave MAría Purísima", Firme y Digno, Bocha... el sociólogo.

No hay comentarios:

mirando por el retrovisor

Related Posts with Thumbnails