Un aporte para el trabajo con los Derechos del niño.
En el año 1977 Quino, creador de Mafalda, crea a petición de Unicef, unas ilustraciones en las que Mafalda reivindica los derechos del niño.
Principio 1
El niño disfrutara de todos los derechos enunciados en esta Declaración. Estos derechos serán reconocidos a todos los niños sin excepción alguna ni distinción o discriminación por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento u otra condición, ya sea del propio niño o de su familia.
Principio 2
El niño gozará de una protección especial y dispondrá de oportunidades y servicios, dispensado todo ello por la ley y por otros medios, para que pueda desarrollarse física, mental, moral, espiritual y socialmente en forma saludable y normal, así como en condiciones de libertad y dignidad. Al promulgar leyes con este fin, la consideración fundamental a que se atenderá será el interés superior del niño.
Principio 3
El niño tiene derecho desde su nacimiento a un nombre y a una nacionalidad.
Principio 4
El niño debe gozar de los beneficios de la seguridad social. Tendrá derecho a crecer y desarrollarse en buena salud; con este fin deberán proporcionarse, tanto a él como a su madre, cuidados especiales, incluso atención prenatal. El niño tendrá derecho a disfrutar de alimentación, vivienda, recreo y servicios médicos adecuados.
Principio 5
El niño física o mentalmente impedido o que sufra algún impedimento social debe recibir el tratamiento, la educación y el cuidado especiales que requiere su caso particular.
Principio 6
El niño, para el pleno y armonioso desarrollo de su personalidad, necesita amor y comprensión. Siempre que sea posible, deberá crecer al amparo y bajo la responsabilidad de sus padres y en todo caso, en un ambiente de afecto y de seguridad moral y material; salvo circunstancias excepcionales, no deberá separarse al niño de corta edad de su madre. La sociedad y autoridades públicas tendrán la obligación de cuidar especialmente a los niños sin familia o que carezcan de medios adecuados de subsistencia. Para el mantenimiento de los hijos de familias numerosas conviene conceder subsidios estatales o de otro índole.
Principio 7
El niño tiene derecho a recibir educación que será gratuita y obligatoria por lo menos en las etapas elementales. Se le dará una educación que favorezca su cultura general y le permita, en condiciones de igualdad de oportunidades, desarrollar sus aptitudes y su juicio individual, su sentido de responsabilidad moral y social, llegar a ser un miembro útil de la sociedad. El interés superior del niño debe ser el principio rector de quienes tienen la responsabilidad de su educación y orientación; dicha responsabilidad incumbe en primer término, a sus padres. El niño debe disfrutar plenamente de juegos y recreaciones, los cuales deberán estar orientados hacia los fines perseguidos por la educación; la sociedad y las autoridades públicas se esforzarán por promover el goce de este derecho
Principio 8
El niño debe, en todas las circunstancias, figurar entre los primeros que reciban protección y socorro.
Principio 9
El niño debe ser protegido contra toda forma de abandono, crueldad y explotación. No será objeto de ningún tipo de trata. No deberá permitirse al niño trabajar antes de una edad mínima adecuada; en ningún caso se le dedicará ni se le permitiría que se dedique a ocupación o empleo alguno que pueda perjudicar su salud o su educación, o impedir su desarrollo físico, mental o moral.
Principio 10
El niño debe ser protegido contra las prácticas que puedan fomentar la discriminación racial, religiosa o de cualquiera otra índole. Debe ser educado en un espíritu de comprensión, tolerancia, amistad entre los pueblos, paz y fraternidad universal, y con plena conciencia de que debe consagrar sus energías y aptitudes al servicio de sus semejantes.
Fuentes: http://www.margen.org/ninos/, y Pekegifs
REFLEXIÓN:
La entrada tiene como función principal divulgar los DERECHOS DEL NIÑO a aquellas personas que desconocen que existen y hacen prevalecer sus intereses sobre el de los demás y especialmente sobre los más vulnerables e indefensos ante el engaño y la manipulación ejercida sobre l@s niñ@s.
L@s niñ@s no son trofeos de una conquista, ya sea amorosa o política, o mascotas a las cuales se adiestran y en cuyo proceso se premia o castiga. Ellos tienen sus derechos ante el espacio vital de los adultos que los avasalla.
Cierto es que la responsabilidad en la educación es principalmente de los padres, como primer agente socializador, y que luego estos deben confiar la educación al Estado, como segundo agente socializador, para que los forme como buenos ciudadanos y profesionales. Pero dentro de este segundo proceso hay otro espacio también que se desarrolla, en la cotidianeidad de sus días, junto a sus pares fuera del hogar y el escolar en donde ellos ponen en práctica la teoría enseñada en la casa y la escuela; y es aquí donde a través de la prueba y el error, y por que no de los aciertos, los niños aprenden los "códigos" del mundo adulto y su funcionamiento.
Para ser más objetivo, mis hijos Bochita 4 y Bochita 5 (Bocha 1= visabuelo; Bocha 2= abuelo; Bocha 3 = o sea yo;...), cuando salen a jugar con l@s vecinit@s al patio del edificio donde vivimos, no salen principalmente a romper plantas o atropellar viej@s, salen a jugar y dentro de este proceso pueden que circunstancialmente se quiebre la ramita de una planta estratégicamente mal ubicada al propósito para impedir que jueguen, o rocen a alguien por que miran para atrás cuando corren.
Tengo el "derecho natural" como adulto de defender a mis hijos si son agredidos física y verbalmente ante aquellos que dicen defender "sus" derechos como propietari@s de una propiedad horizontal, los cuales también los tengo por el hecho de ser propietario y mis hijos gozan de esos mismos derechos.
La palabra, escrita u oral, pega más que cualquier otra arma que pudiera usar para la defensa y es por eso que repudio y denuncio a mis vecin@s de ofender y amenazar a l@s niñ@s que juegan sin maldad, diciéndole a un niño de 4 años: "Hijo de puta, como no te rompés el cuello...", a otro de 9 años "te voy a romper la jeta (boca)..." o a otro de 11 años "golpearlo con el hombro cuando pasa a su lado" en una actitud pendenciera, belicosa y/o batalladora sabiendo que no se puede defender por la diferencia de tamaño, edad y fuerza; y encima tienen la caradurez de reclamar derechos diciendo que "el derecho de uno comienza cuando termina el del otro" siendo que para ellos el principio nº 7 del niño no lo registran en ningún lado, por lo tanto ese derecho no comienza en ningún lado y por defecto tampoco termina en ningún otro. Eso es "atropellar" los derechos de las personas, por que dejenme decirle "querid@s" vecin@s que mis hijos al igual que sus amiguitos son personas y le corresponden los mismo derechos.
Pero no se preocupen que a medida que ustedes crezcan ellos también lo harán, y espero que no tengan la desgracia de caerse en las escaleras del palier por que sus piernas ya no les responden como cuando tenían las agallas de enfrentárseles y amenazarlos,... pero a diferencia de ustedes les darán una mano por que lo que se les enseñó con amor en sus hogares prevalece sobre lo que ustedes amenazaron en la calle con violencia. Ellos les salvarán sus vidas, respetándoles ese derecho.... no es más ni menos que el ejercicio puesto en práctica del principio nº 7 que ustedes desconocieron.
Dejo mi saludo ritual como un apretón de manos o un "Ave María Purísima", Firme y Digno, Bocha... el sociólogo.












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