19 de Marzo de 2010
El cordobés Raúl Martínez estuvo 17 años alejado de la iglesia porque se enamoró. Pero la relación no prosperó y tuvo que esperar 9 años para volver a ser aceptado en la institución.
Martínez volverá a la Iglesia.
En Córdoba, todos recuerdan a Martínez, el sacerdote que dejó de serlo porque se enamoró de una mujer. Hacía 17 años que se había ido y nueve que había iniciado el camino ante las autoridades eclesiásticas para regresar.
“Es impresionante la respuesta que este regreso ha tenido en amigos y conocidos, es un regalo de Dios”, dice Martínez.
En 1986 fue ordenado cura y comenzó su tarea en Villa Dolores. Luego fue párroco de San Carlos Minas. Allí estaba cuando el 6 de enero de 1992 un aluvión desbordó el arroyo que atraviesa el pueblo y destrozó todo, dejando 35 personas muertas. La figura flaca de ese cura barbado, de 32 años, se hizo conocida en todo el país en esos días en que los medios graficaban esa catástrofe cordobesa.
“Me fui del sacerdocio porque había entrado en una gran crisis; no tenía crisis de fe, mi problema era que estaba llevando una doble vida, me había enamorado, pensaba en formar una familia, y mi compromiso con la verdad hizo que yo dejara el sacerdocio”, relata hoy.
El noviazgo no prosperó y comenzó un proceso, en lo personal, que admite como “difícil”. Debió comenzar a ganarse la vida. Vendió aceitunas en un negocio en la ciudad de Córdoba, puso un quiosco en Mina Clavero, fue herrero y también pintor de obras. Además fue estudiante de filosofía y vivió un tiempo en Rosario trabajando en una fundación con chicos de la calle.
“Nada me conformaba, entré en una crisis muy fuerte y llegué a una situación límite, de no encontrarle sentido a la vida. Pero pude hacer una terapia con un amigo psicólogo, que fue quien más me contuvo”, expone.
Una tarde, Raúl decidió volver a ser cura. “Vi que me había equivocado, y que tenía que volver a la casa del Padre, desde entonces soy como el hijo pródigo que vuelve”, dice Martínez.
Fuente: lavoz.com
REFLEXIÓN:
Ante todo quiero aclarar que Raúl Martinez jamás dejo de pertenecer a la Iglesia. Ahora díganme ¿cómo alguien que jamás se fue puede volver? El título mas apropiado para la nota es:
"TÚ ERES SACERDOTE PARA SIEMPRE"
Tengo el agrado de conocer personalmente a Raúl, cuyo apodo es "Pechuán", y puedo decir de él que se jugó mucho el pellejo cuando fue lo del aluvión en San Carlos Minas y mucho hubo de abandono político por parte del gobierno por aquellos entonces.
Cumplió lo que la Iglesia le pedía hasta que llegara la resolución de Roma sobre su reducción al estado laical. Trabajó honestamente para ganarse la vida y siguió estudiando... siempre en una profunda búsqueda.
Le llevó muchos años entender su propio proceso y no tengo dudas de que tendremos entre nosotros nuevamente a un muy buen cura que se preocupa por la gente y no que "abusa" de ella.
Estimado Pechuán, te dejo mi saludo ritual como un apretón de manos o un "Ave María Purísima", Firme y Digno, Bocha... el sociólogo.
2 comentarios:
Esperemos que Pechuan vuelva al sacerdocio convencido de que es lo que realmente quiere. No dudo de sus cualidades como gran ser humano y comprometido con los demás. Habría que ver si está comprometido primero con él mismo, para no elegir una vuelta a ser cura, desde un lugar de soledad o desamparo. O desde la creencia de que si es cura va a poder hacer más cosas a nivel social que si no lo es. Dice que un psicologo lo ayudó mucho. Ojala Pechuan esté parado en su centro, se sienta unificado, y desde ese lugar interno decida retomar el ministerio. Lo digo por él. Es importante aprender a tomar decisiones bien "personales" para poder disfrutarlas y tal vez, mantenerlas en el tiempo.
Por otro lado...lerdita la Iglesia para aceptale la vuelta...me parece que 9 años, en los tiempos actuales, es bastante...y qué tema el del celibato...
A veces pienso que es un capricho de la institucion el hecho de no decidir que el celibato sea opcional y no obligatorio. Sé que implica una gran reestructuración en lo funcional y lo económico...pero bueno...parece que muchos cardenales siquen pensando que "así" está todo bien...
Lerda...bastante para mi gusto...
UN ABRAZO OSCAR Y QUE DIOS SIEMRPE ESTE CON VOS!!!!!
Hola Daniel, en parte lo que decis es el deseo de muchos de los que lo conocemos.
La Iglesia en el tiempo en que forma a sus seminaristas no les concede el espacio para que sea de discernimiento en el tiempo que lleva su formación, aunque en la realidad pasan entre siete u ocho años desde que entran hasta que se los ordena sacerdote.
La presión, que roza el fanatismo por parte de algunos curas y de los propios seminaristas de los cursos superiores de teología, para que vos "ames" ser cura desde el primer dia en que entras al seminario se vuelve un velo demasiado denso para ver a través de el. Es hasta lógico que después de ordenado te sientas en mayor libertad para actuar y decidir cosas, por que ya no tenés a tus superiores y pares que te indican qué hacer o decir y es ahí donde se dispara lo bueno y lo malo.
En el caso de Pechuán todo un replanteamiento sobre su vocación, que se tendría que haber hecho en la etapa de formación y no se hizo, no por que él no quiso sino por que no le dieron el espacio.
La historia de Pechuán es una de las miles que tenemos en la misma ciudad de Córdoba, ésta es la que se conoce con un final "¿feliz?" (todo final abre la puerta a algo nuevo) por que mucho tuvo que ver la buena persona que es Raúl y su búsqueda sincera, pero a destiempo, dentro de los parámetros que la Iglesia le impone en normas y tiempos.
Si bien la Iglesia busca lo trascendente para alcanzar lo eterno, se olvida que el hombre nace, vive, se reproduce y muere en el "kronos", sin contemplar que lo que hagamos en el tiempo terrenal repercutirá en toda la eternidad de nuestra existencia y bien puede valer la salvación o la privación eterna de ver al "Gran Barba" cara a cara y en eso cada persona tiene su "Kronos" y que su "Kairós" (el tiempo justo para decidir) es personal a cada uno y no a la institución.
En la historia de la Iglesia, no siempre estuvo impuesto el celibato. Es cuestión de revisar la historia y ver que es lo que se quiere defender: si una mayor imitación a la persona de Cristo o no dar la herencia a las viudas e hijos de sacerdotes fallecidos.
El celibato debe ser una opción más para discernir en la etapa de formación si se opta como modo de vida o no... pero lo económico, siempre se interpone lo económico.
Saludos rituales, Bocha
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