Este sentido sería fruto de la evolución y ajeno a la cultura, sugieren los resultados de un estudio
Un estudio reciente realizado en Estados Unidos ha constatado que los chimpancés poseen un sentido de la justicia que hasta ahora se creía exclusivamente humano. Los resultados de esta investigación coinciden con los de otros estudios previos sobre primates: en 2003, por ejemplo, otro grupo de investigadores demostró que los monos capuchinos responden negativamente a una distribución injusta de la recompensa, llegando incluso a no realizar nuevos trabajos si se sienten injustamente tratados. Estas investigaciones señalan que el sentido de la justicia emergió en nuestra especie como una capacidad innata, fruto de la evolución y ajena a la cultura. Por Yaiza Martínez.
Investigadores de Yerkes National Primate Research Center de laUniversidad de Emory y de la Universidad de Georgia (ambas de Estados Unidos) han sido los primeros en demostrar que los chimpancés poseen un sentido de la justicia que hasta ahora se creía exclusivamente humano.
En su experimento, los investigadores jugaron con los chimpancés aUltimatum, un juego experimental de economía que intenta mostrar que las elecciones sobre criterios de justicia priman sobre las de beneficio.
Los resultados del estudio, que han sido publicados esta semana en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), sugieren que la aversión humana a la injusticia y una preferencia por los finales justos tiene una larga historia evolutiva compartida con el ancestro común de humanos y monos, publica SINC a partir de un comunicado de la Universidad de Emory.
Según explica la autora principal del estudio, Darby Proctor, "usamos el juego Ultimatum porque está considerado como el patrón clave para determinar el sentido de la justicia en humanos”. En el juego, un individuo necesita proponer una recompensa dividida a otro y, después, hacer que ese individuo acepte la propuesta antes de que ambos puedan obtener el premio. Los humanos habitualmente ofrecen generosas porciones, como el 50%, a sus compañeros, “exactamente lo mismo que hemos registrado en el experimento con chimpancés”, señala la científico.
Hasta ahora, se había asumido que el juego Ultimatum no podía utilizarse con animales porque se pensaba que elegirían la opción más egoísta al jugar, indica Frans de Waal, coautor del trabajo. “Sin embargo, nuestro estudio muestra que los chimpancés no solo tienen un sentido de la justicia similar al de los humanos sino que también tienen las mismas preferencias que nuestra especie”, aclara.
Buscar el beneficio de la cooperación
En el trabajo también se hizo una comparación entre chimpancés y niños. En este caso, se puso a prueba a seis chimpancés adultos (Pan troglodytes) y 20 niños (de edades de dos a siete años de edad) que jugaron una versión modificada de Ultimatum.
En el juego, un individuo eligió entre en dos fichas de colores diferentes que, por su cuenta o en colaboración, podía ser cambiada por recompensas (pequeños trozos de comida para los chimpancés y pegatinas para los niños). Una ficha significaba premios equivalentes para los dos jugadores, mientras que otra favorecía la elección individual a expensas del compañero. Después, el jugador necesitaba dar la ficha a su compañero para que la pudiera cambiar por el premio, de esta forma, ambos tenían que ponerse de acuerdo.
Tanto los chimpancés como los niños, respondieron como lo hacen habitualmente los humanos adultos. Si la cooperación era necesaria, los chimpancés y los niños repartían los premios equitativamente. Sin embargo, con un compañero pasivo, que no tenía oportunidad de rechazar la oferta, los niños y los chimpancés elegían la opción egoísta.
Según los investigadores, los chimpancés son altamente cooperativos en su medio y probablemente necesitan ser sensibles en la distribución de las recompensas para así acceder a los beneficios de la cooperación. Este estudio abre la puerta a futuras investigaciones para comparar otros comportamientos similares entre primates y humanos, concluyen.
En su experimento, los investigadores jugaron con los chimpancés aUltimatum, un juego experimental de economía que intenta mostrar que las elecciones sobre criterios de justicia priman sobre las de beneficio.
Los resultados del estudio, que han sido publicados esta semana en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), sugieren que la aversión humana a la injusticia y una preferencia por los finales justos tiene una larga historia evolutiva compartida con el ancestro común de humanos y monos, publica SINC a partir de un comunicado de la Universidad de Emory.
Según explica la autora principal del estudio, Darby Proctor, "usamos el juego Ultimatum porque está considerado como el patrón clave para determinar el sentido de la justicia en humanos”. En el juego, un individuo necesita proponer una recompensa dividida a otro y, después, hacer que ese individuo acepte la propuesta antes de que ambos puedan obtener el premio. Los humanos habitualmente ofrecen generosas porciones, como el 50%, a sus compañeros, “exactamente lo mismo que hemos registrado en el experimento con chimpancés”, señala la científico.
Hasta ahora, se había asumido que el juego Ultimatum no podía utilizarse con animales porque se pensaba que elegirían la opción más egoísta al jugar, indica Frans de Waal, coautor del trabajo. “Sin embargo, nuestro estudio muestra que los chimpancés no solo tienen un sentido de la justicia similar al de los humanos sino que también tienen las mismas preferencias que nuestra especie”, aclara.
Buscar el beneficio de la cooperación
En el trabajo también se hizo una comparación entre chimpancés y niños. En este caso, se puso a prueba a seis chimpancés adultos (Pan troglodytes) y 20 niños (de edades de dos a siete años de edad) que jugaron una versión modificada de Ultimatum.
En el juego, un individuo eligió entre en dos fichas de colores diferentes que, por su cuenta o en colaboración, podía ser cambiada por recompensas (pequeños trozos de comida para los chimpancés y pegatinas para los niños). Una ficha significaba premios equivalentes para los dos jugadores, mientras que otra favorecía la elección individual a expensas del compañero. Después, el jugador necesitaba dar la ficha a su compañero para que la pudiera cambiar por el premio, de esta forma, ambos tenían que ponerse de acuerdo.
Tanto los chimpancés como los niños, respondieron como lo hacen habitualmente los humanos adultos. Si la cooperación era necesaria, los chimpancés y los niños repartían los premios equitativamente. Sin embargo, con un compañero pasivo, que no tenía oportunidad de rechazar la oferta, los niños y los chimpancés elegían la opción egoísta.
Según los investigadores, los chimpancés son altamente cooperativos en su medio y probablemente necesitan ser sensibles en la distribución de las recompensas para así acceder a los beneficios de la cooperación. Este estudio abre la puerta a futuras investigaciones para comparar otros comportamientos similares entre primates y humanos, concluyen.
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Una historia evolutiva común con los humanos
En 2003, una comparación de 97 genes humanos con los de otras cinco especies determinó que el hombre y el chimpancé son prácticamente idénticos desde el punto de vista genético, con una afinidad del 99,4%. Esta constatación llevó a los artífices de aquel estudio a proponer que los chimpancés fueran incluidos dentro del género humano, una idea que no quedó exenta de polémica en el seno de la comunidad científica.
En 2012, otro estudio genético reveló asimismo que los humanos difieren en un 1,3%, tanto de los bonobos como de los chimpancés.
Más allá de las similitudes genéticas, el estudio del comportamiento de los primates ha arrojado en los últimos años varias sorpresas que parecen confirmar esa cercanía entre este grupo animal y nuestra especie.
Así, también en 2003, una investigación realizada por primera vez para estudiar los comportamientos económicos de los monos capuchinos revelaba que estos primates no humanos responden negativamente a una distribución injusta de la recompensa, llegando incluso a no realizar nuevos trabajos si se sienten injustamente tratados.
Según los investigadores, de la Universidad Wayne en Detroit (Estados Unidos), este hecho demuestra que el sentido de la justicia emergió como una capacidad innata en nuestra especie, ajena a la cultura, y que evolucionó desde nuestros antepasados los primates manifestándose como una necesidad para la vida de los grupos complejos.
Esta apreciación ha sido compartida por los científicos de la Universidad de Emory con anterioridad. Ya en 2005, dicha Universidad publicaba un comunicado en el que se afirmaba que “observando la variabilidad de las respuestas de los chimpancés a la desigualdad, Sarah Brosnan y Frans de Waal… determinaron que las respuestas de los chimpancés (en este sentido) dependían de la fuerza de sus conexiones sociales”.
Según los científicos, esta habría sido “la primera demostración de reacciones a la desigualdad en primates no humanos paralelas a las variaciones de las respuestas de los humanos a situaciones injustas, en función de las características de sus relaciones”.
Brosnan concluyó entonces que esta identificación de un sentido de la justicia en especies primates cercanas a los humanos implica que dicho sentido tendría una historia evolutiva muy larga. Este comportamiento de nuestros parientes más cercanos “representaría estadios de la evolución de las respuestas complejas a la injusticia presentes en nuestra especie y podría ayudar a explicar por qué tomamos ciertas decisiones”.
Otras capacidades cognitivas
Pero los primates no solo tienen sentido de la injusticia, sino que además comparten con los humanos otras características y capacidades cognitivas.
En los últimos tiempos se ha sabido, por ejemplo, que los chimpancés pueden entender el objetivo que pretende otro miembro de su misma especie y así ayudarle adecuadamente; que los orangutanes poseen un conocimiento sofisticado de técnicas de construcción; que cada comunidad de chimpancés tiene su propia cultura o que algunos chimpancés pueden elaborar ‘planes secretos’.
En general, “muchos primates no humanos parecen tener métodos similares a los humanos para resolver, gestionar y prevenir conflictos de intereses en los grupos. Estos métodos incluyen la reciprocidad, el compartimiento de alimentos, la reconciliación, la consolación, la intervención en conflictos y la mediación, que son los componentes básicos de los sistemas morales. Los primates no humanos no serán seres morales, pero muestran indicios de un sentido de regularidad social que es análogo a las reglas y regulaciones de la conducta moral. Aparte de la resolución de conflictos se pueden reconocer en los animales sociales otros componentes clave o “prerrequisitos” de moralidad, como la reciprocidad, la empatía, la simpatía y la preocupación por la comunidad. Habría que añadir un sentido de la justicia y una internalización de las normas sociales”, ha señalado al respecto el neurólogo Francisco J. Rubia en su blog Neurociencias, de Tendencias21.
En 2003, una comparación de 97 genes humanos con los de otras cinco especies determinó que el hombre y el chimpancé son prácticamente idénticos desde el punto de vista genético, con una afinidad del 99,4%. Esta constatación llevó a los artífices de aquel estudio a proponer que los chimpancés fueran incluidos dentro del género humano, una idea que no quedó exenta de polémica en el seno de la comunidad científica.
En 2012, otro estudio genético reveló asimismo que los humanos difieren en un 1,3%, tanto de los bonobos como de los chimpancés.
Más allá de las similitudes genéticas, el estudio del comportamiento de los primates ha arrojado en los últimos años varias sorpresas que parecen confirmar esa cercanía entre este grupo animal y nuestra especie.
Así, también en 2003, una investigación realizada por primera vez para estudiar los comportamientos económicos de los monos capuchinos revelaba que estos primates no humanos responden negativamente a una distribución injusta de la recompensa, llegando incluso a no realizar nuevos trabajos si se sienten injustamente tratados.
Según los investigadores, de la Universidad Wayne en Detroit (Estados Unidos), este hecho demuestra que el sentido de la justicia emergió como una capacidad innata en nuestra especie, ajena a la cultura, y que evolucionó desde nuestros antepasados los primates manifestándose como una necesidad para la vida de los grupos complejos.
Esta apreciación ha sido compartida por los científicos de la Universidad de Emory con anterioridad. Ya en 2005, dicha Universidad publicaba un comunicado en el que se afirmaba que “observando la variabilidad de las respuestas de los chimpancés a la desigualdad, Sarah Brosnan y Frans de Waal… determinaron que las respuestas de los chimpancés (en este sentido) dependían de la fuerza de sus conexiones sociales”.
Según los científicos, esta habría sido “la primera demostración de reacciones a la desigualdad en primates no humanos paralelas a las variaciones de las respuestas de los humanos a situaciones injustas, en función de las características de sus relaciones”.
Brosnan concluyó entonces que esta identificación de un sentido de la justicia en especies primates cercanas a los humanos implica que dicho sentido tendría una historia evolutiva muy larga. Este comportamiento de nuestros parientes más cercanos “representaría estadios de la evolución de las respuestas complejas a la injusticia presentes en nuestra especie y podría ayudar a explicar por qué tomamos ciertas decisiones”.
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Pero los primates no solo tienen sentido de la injusticia, sino que además comparten con los humanos otras características y capacidades cognitivas.
En los últimos tiempos se ha sabido, por ejemplo, que los chimpancés pueden entender el objetivo que pretende otro miembro de su misma especie y así ayudarle adecuadamente; que los orangutanes poseen un conocimiento sofisticado de técnicas de construcción; que cada comunidad de chimpancés tiene su propia cultura o que algunos chimpancés pueden elaborar ‘planes secretos’.
En general, “muchos primates no humanos parecen tener métodos similares a los humanos para resolver, gestionar y prevenir conflictos de intereses en los grupos. Estos métodos incluyen la reciprocidad, el compartimiento de alimentos, la reconciliación, la consolación, la intervención en conflictos y la mediación, que son los componentes básicos de los sistemas morales. Los primates no humanos no serán seres morales, pero muestran indicios de un sentido de regularidad social que es análogo a las reglas y regulaciones de la conducta moral. Aparte de la resolución de conflictos se pueden reconocer en los animales sociales otros componentes clave o “prerrequisitos” de moralidad, como la reciprocidad, la empatía, la simpatía y la preocupación por la comunidad. Habría que añadir un sentido de la justicia y una internalización de las normas sociales”, ha señalado al respecto el neurólogo Francisco J. Rubia en su blog Neurociencias, de Tendencias21.
Referencia bibliográfica:
Darby Proctor; Rebecca A. Williamson Frans B. M. de Waal y Sarah F. Brosnan. Chimpanzees play de Ultimatum game. Proceedings of the National Academy of Sciences (2013). DOI: 10.1073/pnas.1220806110.
Darby Proctor; Rebecca A. Williamson Frans B. M. de Waal y Sarah F. Brosnan. Chimpanzees play de Ultimatum game. Proceedings of the National Academy of Sciences (2013). DOI: 10.1073/pnas.1220806110.
Fuente: http://www.tendencias21.net/Los-chimpances-comparten-con-los-humanos-el-sentido-de-la-justicia_a14722.html
COMENTARIO del Plumudo: Hoy en la legislatura de la Pcia de Córdoba se aprobó el proyecto de ley en donde el motociclista debe llevar en su casco la patente de la moto, creo que un chimpancé hubiera tenido mucho más sentido de justicia que los legisladores que la aprobaron (oficialismo... y algunos socios).
Dejo mi saludo ritual como un apretón de manos o un "Ave María Purísima", Firme y Digno, Bocha... el sociólogo.
Dejo mi saludo ritual como un apretón de manos o un "Ave María Purísima", Firme y Digno, Bocha... el sociólogo.
2 comentarios:
COMENTARIO EN LA CUENTA DEL FACEBOOK
Ernesto Motosapiens
Estoy recaliente con esto. Fuimos en paz y no dio resultado,yo voy a respeter los pasos de la comicion en este tema. Solo agrego que si esto sale y algun compañero motero es victima de los HDP para sacarle el casco va a arder troya. No volveremos en paz !!!
Creo que esta todo orquestado,van a legislar y vamos a tener que pagar. Por eso lo de que te van a llevar en cana,despues se la ganamos por improcedente y anticonstitucional, pero a todo esto ya pagamos. Creo que hay que afrontar esto con el maximo rigor y hasta el fondo,peguemos donde les duela. Semana Santa es una posibilidad. ATENTOS !
Silvia Maltauro
CORTE AUTOPISTA CARLOS PAZ ...(ALTUA PEAJE )como humilde opinion ...en semana santa !
Ernesto Motosapiens
Es una posibilidad pero habra huevos ?
Silvia Maltauro porsuestoooo!!!! y yo tengo mucho mas que dos !! jajjajaj
Silvia Maltauro son nuestros derechos ...NO NOS DEJEMOS PISOTEAR !!!
Ernesto Motosapiens
A ver Chicos y lo digo literalmente,yo tengo algunos años y en su momento todo era mas dificil pero se enfrento a todo y a todos por defender nuestros derechos. Ahora parece ser que los han ablandado a traves de los años de injusticia con resignacion. Ya no hay quien se juege por nuestros derechos ? "cerrare los hojos y me dejare morir"
Roberto Carlos Gonzalez
Gente, yo estuve ayer presente, no soy de ningún grupo motero pero me manejo en moto todo el tiempo y me parece una burrada esta ley, cuenten conmigo
Walter Quintar Trepatt PÓR LA PLATA BAILA EL MONO....TE ACORDAS DE ESE DICHO...............¡?=????????????????????????????
Bocha
Ernesto Motosapiens, fuimos en paz y seguiremos yendo así !!! la violencia engendra violencia, ayer alguien hizo correr la voz en la legislatura que íbamos a causar desastres ¿por qué te crees que estaba la guardia de infantería en la puerta de la legislatura y lleno de móviles policiales en la colmena?. Nunca faltó el desubicado que empezara con insultos... si se maneja dentro de su familia así que no lo traiga a la manifestación. Paramos varias broncas anoche y no se si alguno de ellos no eran infiltrados que quería agitar la cosa para que se arme EL quilombo.
COMENTARIO EN LA CUENTA DE FACEBOOK
Silvia Maltauro
Bocha ...estoy de acuerdo en algunas cosas con vos y en otras no !! no generariamos violencia si cortamos las calles ...la violencia es otra cosa .....segundo , si vamos para estar parados y callados ...nos quedemos en casa y mostremos nuestro desacuerdo de otra manera ...fuimos a hacer ruido y que se nos escuche ..CREO YO !!
Bocha
Silvia, hago referencia a que Ernesto puso: "Fuimos en paz y no dio resultado". Los que fuimos sabíamos que la ley se aprobaba, esperar y exigir resultados "inmediatos" me parece que no es lo que se busca en una lucha que nos va a llevar su tiempo ganarla.
Para mi dio resultado en cuanto nos pudimos reunir pese a las convocatorias anteriores que no tuvieron éxito (renovar la comisión) o que tuvieron un fin más de "juntada" motera que otra cosa.
Dio resultado porque escucharon nuestras voces antes negadas.
Dio resultado porque los medios tuvieron que mostrar al resto que tenemos capacidad de organización y que ellos no nos determinan el cómo y el cuándo.
Dio resultado porque en Córdoba capital pocas veces se vio una manifestación de este tipo (motos protestando) y mucha gente no nos vio como motochorros sino como ciudadanos con una pasión en dos ruedas.
Dio resultado porque muchos pudieron materializar el apoyo a la organización participando de la marcha.
Dio resultado por que nos unió más como grupo.
Cortamos calles, pero sin violencia, la policía nos acompañó, eso ayudó a que la sociedad no volcara su opinión en contra. Nos manifestamos en la legislatura, pero sin violencia.
Silvia Maltauro
esperemos que de la manera que nos vamos a manejar ...de buenos resultados tambien !-y no que nos pasen por encima ....!! tenemos bien en claro QUE NO SOMOS GANADO (VACAS)y si no hacemos algo nosotros mismos nadie lo hara ...
Bocha
Ya lo estamos haciendo, vamos a ver cuántos llegamos hasta el final !!! Gracias por tu opinión... como siempre !!!! Firmes y Dignos!!!!
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