El Papa Francisco en visita privada a la Basílica de Santa Maria Maggiore en Roma.| Reuters
- Bergoglio reconoció que hizo lo que pudo 'con la edad que tenía'
- Afirma: 'Escondí y ayudé a sacar del país a perseguidos políticos'
El papel que Bergoglio desempeñó durante la dictadura argentina (1976-1983)le persigue desde que fue elegido Papa a las 19.06 horas del miércoles. Que si estuvo aliado con el Gobierno, que si participó en el secuestro de bebé. Pero por ahora todo son luces y sombras. Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz 1980 y de fuertes creencias católicas, ha salido en su defensa y ha desligado al nuevo Papa de cualquier sospecha. "Hubo obispos que fueron cómplices de la dictadura, pero Bergoglio no".
"Se le cuestiona porque se dice que no hizo lo necesario para sacar de prisión a dos sacerdotes, siendo él el superior de la congregación de los Jesuitas. Pero yo sé personalmente que muchos obispos pedían a la junta militar la liberación de prisioneros y sacerdotes y no se les concedía", añadió.
El Nobel sí considera quizás que a Jorge Bergoglio "le faltó coraje para acompañar la lucha por los derechos humanos en los momentos más difíciles", pero no considera que haya sido "cómplice de la dictadura". Ahora espera que "tenga el coraje para defender los derechos de los pueblos frente a los poderosos, sin repetir los graves errores, y también pecados, que tuvo la Iglesia", afirmó en un comunicado.
El flamante Papa Francisco rechazó en 2010 las denuncias sobre su presunta complicidad con la dictadura argentina (1976-1983) y las tildó de mero "conventillo". Por el contrario aseguró que en la Compañía de Jesús que él presidía "nos movimos como locos" para salvar la vida a dos jesuitas secuestrados en la 'guerra sucia' y que él, personalmente, escondió y ayudó a escapar del país a perseguidos políticos.
Así lo refleja la única entrevista que el hasta ayer cardenal primado de Argentina, Jorge Mario Bergoglio, ha dado para contar su versión del asunto. Y que figura en el libro 'El jesuita', una biografía autorizada escrita por los periodistas Francesca Ambrogetti y Sergio Rubín, que en 2010 estuvo a la venta en las librerías porteñas.
Los hechos polémicos
Las denuncias atribuían al actual Sumo Pontífice haber 'soplado' a la dictadura que Orlando Yorio y Francisco Jalics, curas obreros en la villa miseria del Bajo Flores, ya no pertenecían a la Compañía. De inclinación peronista -dicen que a la agrupación derechista "Guardia de Hierro"- estaba enfrentado a aquellos dos subordinados que adherían al ala izquierda del peronismo.
En mayo de 1976, un grupo represivo de la Armada secuestró a Jalics y Yorio, más varios catequistas, que fueron a parar a las mazmorras del centro de exterminio ESMA y fueron torturados. Los curas, según el escritor y periodista Horacio Verbitsky, siempre sospecharon que Bergoglio los había delatado.
De aquel grupo de prisioneros políticos, la catequista Mónica Mignone aún sigue desaparecida. Su padre, Emilio Mignone, fundó el organismo humanitario Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS). En su libro de 1986 'Iglesia y dictadura', Mignone mencionó a Bergoglio como uno de "los pastores que entregaron sus ovejas al enemigo sin defenderlas ni rescatarlas".
En el centro de torturas "un interrogador con ostensibles conocimientos teológicos le dijo a Yorio que sabían que no era guerrillero pero que con su trabajo en la villa miseria unía a los pobres y eso era subversivo", según Verbitsky.
La dictadura liberó a Jalics y Yorio seis meses más tarde a cambio de que el Episcopado recibiera al jefe de Estado Mayor, general Roberto Viola, y al ministro de Economía, José Martínez de Hoz. Ambos se marcharon al exilio. Yorio falleció y Jalics aún vive en Alemania.
La versión de Bergoglio es que los sacerdotes "fueron liberados, primero porque (los militares) no pudieron acusarlos de nada, y segundo, porque nos movimos como locos. Esa misma noche en que me enteré de su secuestro, comencé a moverme". Incluso destapó que "llegué a ver dos veces al general (dictador Jorge) Videla y al almirante (Emilio) Massera siempre en plan de averiguar el paradero de los curas detenidos".
'Me moví como loco'
El entonces cardenal aseguró que días antes del golpe militar del 24 de marzo de 1976 a Yorio y Jalics "les dije que tuvieran mucho cuidado" y, pese a que según él habían pedido salirse de la orden, "les ofrecí, por si llegaba a ser conveniente para su seguridad, que vinieran a vivir a la casa provincial de la Compañía".
"Nunca creí que estuvieran involucrados en 'actividades subversivas' como sostenían sus perseguidores, y realmente no lo estaban. Pero, por su relación con algunos curas de las villas de emergencia, quedaban demasiado expuestos a la paranoia de caza de brujas", expuso.
También aseguró haber dado protección a seminaristas perseguidos "en el colegio Máximo de la Compañía de Jesús, en San Miguel, en el Gran Buenos Aires, donde residía, escondí a unos cuantos. No recuerdo exactamente el número, pero fueron varios". "Saqué del país, por Foz de Iguazú, a un joven que era bastante parecido a mí con mi cédula de identidad, vestido de sacerdote, con el clergiman y, de esa forma, pudo salvar su vida", reveló.
En síntesis, Bergoglio concluyó que "hice lo que pude con la edad que tenía y las pocas relaciones con las que contaba para abogar por las personas secuestradas. Me movía dentro de mis pocas posibilidades y mi escaso peso". Y respecto a los denunciantes confesó que "no quiero ceder a los que me quieren meter en un conventillo".
Fuente: http://www.elmundo.es/america/2013/03/14/argentina/1363278494.html
COMENTARIO del Plumudo: "al pan pan y al vino vino"
Dejo mi saludo ritual como un apretón de manos o un "Ave María Purísima", Firme y Digno, Bocha... el sociólogo.
Dejo mi saludo ritual como un apretón de manos o un "Ave María Purísima", Firme y Digno, Bocha... el sociólogo.
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