“El pensamiento que semejante a un pececito dentro de un acuario, toca el fondo y las paredes y no puede seguir más profundamente”. Las ideas dogmáticas. (MM Bajtin).
En ámbitos universitarios muchas veces los investigadores/docentes tienen a trazarse una vía o método de una vez y para siempre. Eso dificulta el diálogo con los otros colegas porque se carece tiempo “para aprender el lenguaje del otro”, o sea, lo dialógico queda obturado; o porque:” ya no se discute más sobre la realidad que se estudia, sino sobre lo que ciertos autores han dicho sobre el tema”.
Eso ocurre habitualmente en el ámbito jurídico. De ese modo la angurria bibliográfica veda la “reflexión directa sobre el objeto que se estudia”.
Se ha postulado una teoría del conocimiento, que a diferencia de la clásica, tiene en cuenta el sujeto. También en el campo del conocimiento, y en la etapa global, de eso se trata. O nos decidamos a manipular ideas y sacar sobresalientes con las conclusiones sobre los libros leídos, o ensayamos nuevas posibilidades a partir de una reflexión propia.
La vida más intensa de la cultura se da sobre los límites (en las fronteras) entre diversas zonas geoculturales productoras de sentido (“en los confines de Occidente”.) La zona geocultural es el espacio de la seria semántica de la vida, en tanto tensión cognicitiva y ética desde su interior misma.
Se entiende por geocultura a lugar de encuentro con el otro, del codo a codo, de la comunidad. La podríamos definir como una red preexistente, un texto radiante anterior a la escritura que es así una formalización sincrónica de un sentido profundo, que es siempre acrónico masa confusa del gran tiempo, como decía Bajtin.
Geocultura es el espacio de un sujeto cultural colectivo, preexistente y subsistente, que siempre está y habla sin parar: es el que nos plasma como unidades humanas o sujetos individuales, el que nos da el amor y el nombre…(Bajtin:52)
Ese sujeto cultural colectivo es el que determina (plasma, da forma) a los textos literarios en el acto de la escritura:
“Las profundas y poderosas corrientes de la cultura (sobre todo las corrientes bajas, las populares), que determinan de una manera efectiva la obra de los escritor, permanecen sin descubrir y a veces resultan desconocidas a los investigadores.
Con semejantes enfoques es imposible penetrar en la profundidad de las grandes obras, y la literatura misma llega a parecer un asunto insignificante y poco serio.
En nuestros países se debe distinguir por un lado, una minoría que se piensa como civilizada ( “sujeto cultural sin cultura”, según Rodolfo Kush); por otro, el protagonismo de las masas populares “bárbaras” que en los mejores textos emergen como apariciones de lo que Bajtin llama “serie semántica de la vida”, como “contextos lejanos”, como actores creadores de “los géneros y formas de la comunicación discursiva de la poderosa cultura popular” y que llamamos geocultura, espacio-tiempo del estar ahí.
La ciencia literaria aparece, cada vez más, obligada a una constante segmentación. A partir de ese irreversible estrechamiento del campo de observación, se encuentra en figurillas para “teorizar”, es decir para abarcar con la miradas todos los componentes de la realidad discursiva, de considerar el texto del “gran tiempo” en cuanto conjunto.
Sin embargo, para ello es necesario admitir la existente de un pensamiento popular o plebeyo como una unidad de sentido y una estructura autónoma, distinta de la estructura del pensamiento hegemónico. Negado como logos, expulsado del canon, el pensamiento popular suele ser vilipendiado por los guardianes de los alambrados de las ciencias particulares en que las palabras del hombre dejan de significar la realidad que vive y predican la investigación científica como reflejo de un mundo parcelado, sin significado exterior a las palabras mismas, sin “afuera”.
Sospechamos que ese afuera es “el espacio-tiempo” de las multitudes que, al decir de Bilbao, amasan el pan de la república, que erigen caudillos (Sarmiento), cuya autoridad descansa “en el corazón del pueblo”(Alberdi).
Quienes hayan seguido con atención este desorden, seguramente habrán “palpitado” que lo que aquí se ha dado en nominar pensamiento plebeyo es, en realidad, el tanta veces vilipendiado y proscripto populismo. El discurso académico suele decretarlo teóricamente no existente. Sin embargo, en Argentino por lo menos, los dos únicos movimientos de masas del Siglo 20 capaces de estructurar una totalidad abierta, creadora y de profunda construcción democrática, son, sin dudas, el irigoyenismo y el peronismo”.
Estos movimientos movilizan y organizan grandes sectores sociales, abren el todo cerrado, lo convulsionan, quebrantan la impermeabilidad teórica del concepto y se presentan, en tanto enunciados concretos, como nudos de densificación y contacto con el sentido profundo.
Los populismos siempre han sido etiquetados con estampillas infames: chusma, descamisados, cabecitas negras, aluvión zoológico, hormiguero de gente mal trajeadas, conjunto de las más distintas cataduras, de pelo duro y ojos aindiados, calzados de alpargatas, con las patas metidas en la fuente sagrada. Los motes del desprecio conllevan, con frecuencia, el sobrenombre animal o una connotación equivalente, o sea, la reducción a lo instintivo, a lo meramente “espontáneo”. Pero esas fajas de seguridad siempre fueron asumidas por los sujetos del pensamiento plebeyo como signos de identidad o de protesta y provocación. El insulto fue recogido y transformado en bandera de trabajo, de justicia y de paz.
Chumas o descamisados, venían a triturar una totalidad clausa (razón estructurada), a ampliar el campo social, económico y gnoseológico. De golpe, se multiplican los sujetos creadores, capaces de instaurar gestos y ritos conciliadores con el trabajo que deja de ser un espacio de explotación para ser codo con codo, liberación y fiesta.
Ello nos permite conectarnos con el sentido profundo de nuestra historia.
Allí es cuando descubrimos algo -que en el intersticio de la razón en fuga -alcanzamos solamente a vislumbrar.
Fuente: http://wwwrevistaunidosodominados.blogspot.com.ar/2012/09/unidos-o-dominados-septiembre-2012.html
Dejo mi saludo ritual como un apretón de manos o un "Ave María Purísima", Firme y Digno, Bocha... el sociólogo.
1 comentario:
Oscar Vega
...cuando hay pensamientos germinados desde la razón de la lógica , los que asumieron potestades desde la permanencia de claustros, se ven enteramente subvaludos, y recurren a la infamia separatista de los que ellos ven como amenaza , para encumbrarse como pensamientos únicos y validos , ......aunque sean " neurotóxicos ", para una sociedad que "ya eligió" su destino.
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