"Señor, cada vez que subimos a una moto sentimos libertad y al mismo tiempo miedo, porque tal vez; sorpresivamente te encontremos en uno de esos sinuosos caminos del mundo...
Reconocemos que somos frágiles y al mismo tiempo nos sentimos fuertes y seguros de nosotros mismos cuando viajamos en moto.
Te pedimos que no destruyamos la vida por una imprudencia nuestra o por un atropello de nuestro prójimo.
Que la dirección y los comandos estén siempre bajo nuestro control, que el casco proteja nuestra cabeza y nos de seguridad.
Señor, que tu seas nuestro acompañante. Perdónanos si a veces aceleramos demasiado, en busca de emociones, respuestas...
Que en cada viaje podamos sentir tu mano, en el viento que acaricia nuestros rostros, en la velocidad y en la superación de nuestros propios límites con responsabilidad de la Vida que nos confías.
Señor, sentimos tu presencia amiga y protectora. Líbranos de todo lo malo y recibe con tu abrazo de la vida a todos los compañeros que ya partieron a tu morada. Que ellos sientan la alegría de estar en tu presencia y que un día por caminos de la Fe y la Esperanza podamos gozar todos de tu amistad.
Te pedimos que por intermedio de tu apóstol y viajero incansable, San Pablo, nos bendigas a todos los que utilizamos y gozamos de una moto."
Fuente: http://www.lostranshumantesdelasfalto.blogspot.com/
Saludos rituales, Bocha.
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