Un albañil catamarqueño de 69 años se recibió de Profesor en Filosofía y Ciencias de la Educación en la Universidad Nacional de Catamarca.
Un catamarqueño de 69 años, padre de cuatro hijos y albañil de profesión, logró cumplir una meta muy importante: se recibió de Profesor en Filosofía y Ciencias de la Educación, tras superar los obstáculos del camino.
El oficio de Luis Alberto García, más conocido como “Tito”, no solo es su fuente laboral, sino que además es parte de su identidad. Pero durante su vida combinó esta labor con su pasión por la escritura, por lo que años atrás decidió iniciar sus estudios superiores.
Este logro llenó de orgullo a su familia y a toda la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Catamarca (UNCA). Tito consiguió recibirse tras un arduo camino y una enfermedad complicada que también postergó por un tiempo la posibilidad de finalizar los estudios. Más allá de todo, fue alumno ejemplar y, en el examen final, García aprobó con sobresaliente.
“Cuando uno quiere, se puede”, fue la frase más escuchada por los pasillos de la facultad de filosofía catamarqueña al ver egresar a este verdadero ejemplo de superación.
Fuente: http://elfederal.com.ar/nota/revista/28538/un-albanil-de-69-anos-se-recibio-de-profesor-en-filosofia.
COMENTARIO: Antes de hacer
mi crítica al diario "El Federal" quiero felicitar a Luis por un
logro más en su vida.
Felicitaciones colega, que consiga muchas horas para que ayude a pensar
a sus alumnos que un mundo mejor es posible, que los sueños soñados despiertos
se hacen realidad porque alimentan la utopía de lo verdaderamente posible.
PD: Si no, miren como está en el inconsciente colectivo el concepto, a Leonardo antes que nada le anteponen su trabajo de vendedor de sandwichs... ¿y si fuera vendedor de yates... es otro estatus, no?
Vende sándwiches en una terminal, pero logró recibirse de ingeniero
En la
presentación de la nota a Luis no se lo reconoce como "Luis" o
"Tito", con el nombre que él se identifica en su ser y su forma de
manifestarse al mundo y a la sociedad. A Luis primero se lo presenta como
"Albañil" de profesión. Acá quiero señalar un error conceptual ya que
su profesión es ahora "Profesor" y siempre su OFICIO fue de
"albañil".
Por lo general,
las profesiones requieren de un conocimiento especializado y formal, que suele
adquirirse tras una formación terciaria o universitaria. Los oficios, en
cambio, suelen consistir en actividades informales o cuyo aprendizaje consiste
en la práctica. En algunos casos, de todas formas, el límite entre profesión y
oficio es difuso. Ambos dignifican a la persona.
Noto como cierta
estigmatización por el lugar al que se le pone en la nota a este tan noble
trabajo, que sin estos sacrificados obreros de la construcción no podríamos
estar bajo el techo que hoy habitamos y en el cual estamos leyendo esta nota.
La sociedad le
destacará sin dudas este logro muy importante, tan importante como el de haber
podido aprender y ejercer su oficio para la manutención en sus necesidades
básicas de alimentación, vestimenta, darle un hogar para la crianza a sus
hijos, educación, salud, recreación etc.
Sin lugar a
dudas que a su familia le suma un orgullo más por el esfuerzo de trabajar y
estudiar, sabe del sacrificio de ambos porque en cierta forma los compartió con
ellos y sin ellos no los podría haber llevado a cabo.
La frase más
escuchada por los pasillos de la facultad de filosofía: “Cuando uno quiere, se
puede”... y discúlpenme que vuelva a disentir en la expresión de esta frase
pero Luis siempre quiso, no siempre pudo. Porque no tuvo las oportunidades para
hacerlo por falta de propuestas educativas en su momento, por las necesidades
insatisfechas no cubiertas y la necesidad de salir a trabajar para subsistir él
y mantener a la familia... sin dudas que hay mucha historia no contada aún
sobre Luis pero que sí se lo juzga desde la percepción social de cómo deben ser
las cosas. A Luis se lo está valorando desde la "meritocracia" de
cada uno, Luis se igualó a todos aquellos que por sus "méritos"
consiguieron ser alguien y es en esta concepción que el ser albañil es ser
menos. Que ser albañil está destinado para aquellos que no tienen perspectiva
ni deseos de superación en su vida, que lo único que se les puede dar es una
pala para que trabajen.
Luis sin lugar a
dudas tuvo que sobreponerse ante el mundo para demostrar que él es tan digno de
acceder a los claustros universitarios como cualquier hijo de vecino que desea
profundizar en conocimiento de las ciencias o las cosas del espíritu o el amor
por la sabiduría.
Sin dudas que lo
felicitamos como sociedad, pero es la misma sociedad que después condena a los
docentes cuando por reclamos salariales, carpetas médicas, licencias por
estudio o cuidados de terceros, etc, etc con, o sin, goce de sueldo se les
reprocha que si no les gusta lo que hacen porque no van a trabajar que se
busquen otro trabajo... que como l@s bruj@s, que l@s hay las hay! Quizás, solo quizás,
a Luis lo felicitan porque en el fondo quieren que nunca salga de ser albañil,
aunque llegó a ser profesor, porque su "profesión" es ser albañil no
docente. Hay que mantener el Estatus quo. Luis debe seguir siendo "un
ladrillo más en la pared".
Pensemos en
nuestros padres que fueron mecánicos, electricistas, zapateros, carpinteros,
artesanos, talabarteros, panaderos, soldadores, herreros, etc que no tuvieron
la posibilidad de estudiar una profesión pero que hicieron igual de este país
un lugar más digno para vivir con sus oficios, inclusive para que otros puedan
estudiar una profesión y ser sus médicos de cabeceras, los docentes de sus
hijos, los arquitectos o ingenieros de sus proyectos, los periodistas que
croniquen sus historias de vida. Por lo tanto los "méritos
personales" no son tan "personales" ya que hubo mucho sacrificio
de otros en el pasado que nosotros nunca lleguaremos a saber a ciencia cierta
el grado de implicancia para que muchos podamos tener en el presente una profesión.
PD: Si no, miren como está en el inconsciente colectivo el concepto, a Leonardo antes que nada le anteponen su trabajo de vendedor de sandwichs... ¿y si fuera vendedor de yates... es otro estatus, no?
Vende sándwiches en una terminal, pero logró recibirse de ingeniero
1 comentario:
Comparto un gran aporte de un amigo cuando la misma entrada fue publicada en facebook.
Guillermo Blanco
¡Muy buena reflexión...!!! Quisiera agregar un comentario que muchas veces comparto con mis alumnos, relacionado con la tan repetida frase: "tenemos que estudiar para 'ser alguien' en la vida" a la que vos hacés referencia. Yo creo que si "desarmamos" esa frase, llegamos a la conclusión de que toda persona es "alguien" desde su ser en el mundo y tiene una dignidad que nada ni nadie le puede arrebatar. Esta realidad toma más carnadura en el caso de los alumnos adultos, que cursan el primario o el secundario, y traen a las aulas todas sus variadas historias de vida, cargadas de experiencias significativas, que vaya si son "alguien" insustituible en la construcción de la comunidad. En relación con el querer y el poder, me vienen al corazón los versos de Alfredo Zitarrosa en su "Doña Soledad": "Mire, Doña Soledad, yo le convierso de más, Doña Soledad, que usté para conversar hubiera querido estudiar... Cierto que quiso 'querer'... pero no pudo 'poder'... porque antes de ser mujer, ya tuvo que ir a trabajar..." ¡Cuánta injusticia por reparar todavía, que clama al Cielo!!!
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