Ortega y Gasset, conferencia en la ciudad de La Plata en 1939 Para animarnos a la recuperación de nuestros ideales, de nuestro carácter y de nuestro destino de grandeza: “¡Argentinos, a las cosas, a las cosas! Déjense de cuestiones previas personales, de suspicacias, de narcisismos. No presumen ustedes el brinco magnífico que daría este país el día que sus hombres se resuelvan de una vez, bravamente, a abrirse el pecho a las cosas, a ocuparse y preocuparse de ellas directamente y sin más, en vez de vivir a la defensiva, de tener trabadas y paralizadas sus potencias espirituales, que son egregias, su curiosidad, su perspicacia, su claridad mental secuestradas por los complejos de lo personal”

Evolución

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martes, 9 de julio de 2013

AQUELLOS ARGENTINOS DE ESE 9 DE JULIO DE 1816 Y NOSOTROS.


Por suerte no fueron sensatos. No creyeron en la evidencia cuantitativa.


No tuvieron en cuenta que en el Congreso de Viena (la Yalta de entonces) las superpotencias se repartían el mundo sin considerarlos.



No se agobiaban ante esa España que había derrotado a Napoleón. Contra ella se alzaban con sinrazón ibérica en Tucumán, corazón perdido de la América remota.


No se agobiaban con los reveses. Eran los meses amargos cuando aquel primer ejército de centauros pobres retrocedía por el Altiplano reseco: Vilcapugio, Ayohúma, Sipe-Sipe.

Había que tener mucha convicción para sentir la derrota como pasajera, como un incidente sin importancia en el océano caudaloso.

No contabilizaban el mal, por eso siempre crecían. Buenos lectores de la Biblia, sabían que el Rey David fue reprendido como “insensato” por haber contado sus huestes.

Avanzaban a través de los desiertos hacia Tucumán, desde los cuatro puntos cardinales, con sus levitas polvorientas y sus sotanas zurcidas. Obstinados en sus galeras por aquella Patria agreste que nacía desnuda y desamparada. Iban a los tumbos entre las vizcacheras y seguramente el libro de Rousseau rodó entre las nueces confitadas entregadas con el beso de la despedida. Más de una vez saltarían las páginas del misal y del sabio Samuel se caería en el Apocalipsis.

Sabían que España preparaba la mayor expedición transoceánica que se hubiera conocido. San Martín vaticinaba que de no atacarse a los españoles en los dos años inmediatos, ya no sería posible vencerlos. Ellos recordaban estas cosas con la mirada perdida en el desierto durante las largas horas sin paz de la travesía. Crecían en la amenaza. Iban a la patriada, al puro coraje, a la quijotada. Y casi sin gestos, desnudos de discursos: eran gente de acto grande y palabra breve.
Tierra seca. Polvareda lejana de ganado cimarrón. Batalla de ejércitos de perros hambrientos. Lodazal del litoral: tardes enteras luchando por salir del zanjón. Cielos de tormenta. Solazos rajantes. Amenaza del indio, del puma, de la duda. Postas miserables con agua turbia y un apenas de charqui en la fiambrera. ¡Hacer una Patria de aquella heredad infecunda! De aquel espacio que por entonces era solo desierto. En esas distancias, hoy todavía poco humanas, el poder político era teoría. La espada parecía hacer trazos en el agua: se imponía apenas el tiempo de asentarse la polvareda del Batallón de paso. Luego el silencio de siempre devorando el ruido de los cascos y de las cartucheras sacudidas.

Era la tierra del gaucho bárbaro y errante. Si algo unía era el agua de los sentimientos. Un algo perdido en el aire del tiempo. Un sobreentendido de las miradas, más que de la palabra. Un sobreentendido en el rasgueo de las guitarras, junto al fuego de la posta. Fueron llegando a Tucumán después de los calorones. A fines de Junio estaban los necesarios. Los que habían llegado. El 9 de Julio declararon la Independencia con el laconismo de lo verdadero e irreversible.

Se debatieron entre la monarquía constitucional, que entonces era la forma de gobierno recomendable para vivir internacionalmente, y el retorno al Inca, ambición justa pero nostálgica. Optaron por la República. En todo caso por la libertad y la democracia. Se permitieron el lujo de ser y declararse libres. Era la gente que había quemado los instrumentos de tortura y abolido la esclavitud ya en 1813.

El 10 festejaron el desafío. Pueyrredon presidió las ceremonias en su calidad de Director Supremo. Caminó hasta la Catedral y pasó revista a un ejército que todavía no tenía ni tiempo ni dinero para uniformes (cada insignia se ganaba con un acto de coraje). Eran cinco mil gauchos de poncho y lanza de pobre: un cuchillo atado a una estaca (cuenta Mitre que a tres cañones de fundición, se les llamaba “batería”).

El mismo 10 partió Pueyrredón a revientacaballos hacia Córdoba. Llegó en cinco días, un verdadero récord. Lo esperaba San Martín que había llegado en secreto desde Mendoza.
Revisaron los detalles de la pobreza, las dificultades. Pero se decidió el ataque al Imperio. Esa vez se proponían algo más insólito que embestir molinos de viento: cruzar los Andes y atacar.

Otra vez triunfaba la dignidad sobre el cálculo.

En aquella reunión quedó decidida la aventura genial de la liberación de Chile y del Perú. El gigante Bolívar embestía por el Norte a la mejor fuerza militar de España.

Ahora todo cambió. La tierra está dominada. El desierto es sembradío. Los aldeones amenazados por los perros salvajes, grandes ciudades. A Buenos Aires se llega en dos horas de avión.

El desierto de ellos ya no existe. Pero ahora la tierra yerma parece haberse refugiado en nuestras mentes. Esta es la “travesía” que nos toca superar. ¿Temeremos la cultura, la libertad, la democracia que es la verdadera potencia de nuestro Siglo? ¿Echaremos todo por la borda porque el rojo del “debe” es muy abultado?

Recordemos a ellos con sus levitas brillosas en aquellos galerones a los tumbos. Con nada hicieron todo (en 1928, todavía por su aliento de gigantes, fuimos una potencia financiera mundial).

¿Es posible que nosotros, que tanto nos jactamos de la Patria y de la estirpe, teniéndolo todo no nos animemos ya a nada…???

Fuente Documental: Embajador Abel POSSE
Del libro: “La Santa Locura de los Argentinos”.
Extracto del Capítulo: Aquel día en Tucumán y Nosotros.


COMENTARIO UNÍVOCO DE LOS INTEGRANTES DEL TALLER BLOG:  FELIZ DÍA DE LA INDEPENDENCIA !!!! Somos un país libre y soberano... (aunque algunos "patriotas" bajen la guardia ante la soberanía monetaria y prefieren comprar dólares, ni que decir de aquellos "patriotas" que aún dicen o han dicho: "Me voy (me fui) de este (ese) País de mierda", de los "patriotas" que quieren pagar a los fondos buitres y de los que no quieren que la Ley de Medios se aplique y seguir perdiendo soberanía radiofónica, audiovisual en formato papel o electrónico...
Hay una expresión muy popular en Argentina cuando uno va a empezar a trabajar pero que se expresa de varias formas pero para no ponerlas a todas dejaré esta sola: "Estamos haciendo Patria". Pero no solamente estamos haciendo Patria sino que revindicamos la Independencia obtenida y todo aquello que es soberanía para el soberano que es el pueblo, pero si al levantarme estoy pensando en comprar dólares, en meterle una cautelar para que la Ley de medios no avance, para que la democratización de la justicia no sea democrática y de que el pensamiento "occidental y cristiano" sea del medio evo sin lugar a dudas que la patria no es más que el egoísmo personal que no tiende al Bien Común y que poco me importa si el otro hace patria si no es en mis términos.)

Dejo mi saludo ritual como un apretón de manos o un "Ave María Purísima", Firme y Digno, Bocha... el sociólogo.

2 comentarios:

Bocha... el sociólogo dijo...

COMENTARIO EN LA CUENTA DE FACEBOOK

Lili Mansilla
Un lujo su comentario de hoy...!!! para reflexionar y mirarnos por dentro FELICITACIONES siempre acertado!!! VIVA LA PATRIA!!!

Anoche justamente recordaba que hace 9 años volví justo en un 9 de julio!!! Soy de los que volví sin haberme ido en realidad porque cuando uno reflexiona confronta y ve apartándose de las masas y estudiando las realidades de esos lugares que muchos CACERLOLUDOS anhelan se da cuenta que la tierra sentida de uno es el mejor lugar donde uno puede estar TRABAJANDO para avanzar con nuestra gente nuestra historia y nuestra LIBERTAD!!! VIVA ARGENTINA CARAJO!!! cuidemos lo que consiguieron en 1816!!!!

Ah y que LOCRAZO me comí apenas volví!!! jjajaja de PELÍCULA!!!

Hay que estar afuera para ver adentro!!!!

Bocha... el sociólogo dijo...

Andrea Slanc
Somos más los patriotas que creemos que somos un país libre y soberano, por eso no debemos bajar los brazos y luchar por lo que creemos, construyendo día a día esta querida patria ¡ VIVA LA PATRIA!

BOCHA
Gracias Andrea Slanc, es cierto lo que decís somos más y aún así soportamos la pesada carga que nos dejan los que se van para seguir construyendo día a día la Patria que tanto amamos. ¡VIVA LA PATRIA!!!

mirando por el retrovisor

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