Un doloroso aniversario

Ayer, 12 de enero de 2013, marcó el tercer aniversario del terremoto que destruyó buena parte de Haití causando –según cifras oficiales– más de 300 mil muertos y 1.500.000 personas sin hogar, refugiándose bajo carpas precarias. Isabel Ledesma, José Gutiérrez Dantón y Henry Boisrolin.*

foto archivo / Taller blog

Ayer, 12 de enero de 2013, marcó el tercer aniversario del terremoto que destruyó buena parte de Haití causando –según cifras oficiales– más de 300 mil muertos y 1.500.000 personas sin hogar, refugiándose bajo carpas precarias.

Puerto Príncipe, la capital, ha sido una de las zonas más afectadas y con mayor cantidad de “refugiados” ubicados en los llamados “campos de refugiados”.

Describir con exactitud las condiciones infrahumanas de estos compatriotas en estas carpas ha sido una tarea imposible durante estos tres años. La vida de esos hermanos y hermanas con sus bebés –muchos de ellos sin siquiera tener derecho a una cunita– ha sido y es un verdadero infierno, tal como la caracterizan ellos mismos.

Pero hay más: cuando estos habitantes trataron de movilizarse exigiendo a las autoridades la construcción de viviendas, la respuesta ha sido la represión.

Las movilizaciones fueron más que justificadas, más sabiendo que durante su campaña electoral en 2011, el actual presidente Michel Joseph Martelly, impuesto en elecciones antidemocráticas por la comunidad internacional y algunos sectores de las clases dominantes haitianas ligadas fundamentalmente al régimen dictatorial de los Duvalier, declaraba que tenía organizaciones y dinero listos para reubicar en viviendas dignas a los damnificados.

Pero respondió con represión a las movilizaciones. Y muchas veces la violencia ha sido indescriptible: golpes, balas, gases lacrimógenos incendiando las miserables carpas. Sin agua durante varios días, sin asistencia efectiva, sin plan concreto de reconstrucción por parte del Estado, más de un millón de estos compatriotas tuvieron que abandonar los campos para ir a cualquier otro lado. Así, ayer, a tres años del terremoto, siguen bajo las carpas más de 400 mil “refugiados”.

A tres años de un acontecimiento tan doloroso para toda una nación, cabe resaltar también que instituciones creadas bajo presión internacional, como la Cirh (Comisión Interina para la Reconstrucción de Haití), copresidida por el expresidente norteamericano Bill Clinton, no sólo fracasaron, sino que prácticamente desaparecieron de la escena. De hecho, fueron un verdadero escándalo, ya que para estos personajes la reconstrucción fue un negocio.

Afortunadamente siguen trabajando con honestidad en Haití algunas organizaciones internacionales, como así también países de nuestra región. Y en materia de solidaridad concreta, respetando la soberanía y la dignidad del pueblo haitiano, es menester recordar que tanto Cuba como Venezuela han ganado hace ya tiempo el corazón y el reconocimiento de los patriotas haitianos.

Una vez más, entonces, la realidad ha demostrado que la ocupación del país por la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (Minustah) contribuye a mantener un status quo , a profundizar la dependencia, la miseria y el sometimiento del pueblo. Una misión concebida con una arrogancia sin límite al pretender hacer creer en falsos pretextos para justificar su presencia, tales como “preservar la paz en Haití”, “rescatar a la población de graves amenazas internas” y “remodelar sus instituciones democráticas”.

Una vez más, también, la realidad indica que la rebelión popular es la única respuesta válida para terminar con todas las mentiras y demás lacras del neocolonialismo.

*Comité Democrático Haitiano en Argentina

Fuente: http://www.lavoz.com.ar/noticias/mundo/doloroso-aniversario

Dejo mi saludo ritual como un apretón de manos o un "Ave María Purísima", Firme y Digno, Bocha... el sociólogo.