"Quiero que mis estudiantes observen todos los fenómenos de la vida esto incluye escuchar a la gente, observar qué es lo valioso de lo que hacen y dicen y hacerlo nuestro.
Todo esto es materia prima para nuestra reflexión y nuestra inspiración.
Puede comenzar a abrir nuestra alma.
Prestar atención a las realidades de esta vida nos llevará a percibir cosas nuevas.
Si usamos estas nuevas percepciones en nuestra vida cotidiana y contemplamos los resultados, nuestra vida se volverá más ordenada.
Paso a paso elevaremos nuestro nivel espiritual.
Perseverar en este tipo de examen honesto y de mente abierta sobre nosotros mismos y el mundo al final nos permitirá comprender la sabiduría divina y la conciencia suprema que habita en el mundo material.
Quiero que mis estudiantes acepten la vida en todas sus formas como su maestro.
Si logran hacerlo, se desarrollarán en profundidad y pureza.
La energía vital de la naturaleza es la más grande de todos los maestros."
"Examinemos los ciclos ordenados del sol, la luna y las estrellas, el cambio gradual de las estaciones, el flujo de un río a través de un valle abierto o el grácil movimiento del agua cuando se precipita por entre las rocas.
También podemos aprender a ver movimientos paralelos dentro de nuestro cuerpo.
También aumentaremos nuestros conocimientos y avanzaremos hacia la verdadera comprensión leyendo textos antiguos y estudiando las muchas maravillosas interpretaciones de ellos llevadas a cabo por maestros del pasado y del presente.
Luego debemos trasladar las ideas que nos hayamos formado a nuestra vida cotidiana y ponerlas en práctica a través del camino del bu.
Al experimentar las cosas a un nivel cada vez más profundo, deberemos reexaminar continuamente la verdad de nuestra comprensión de la realidad y de la naturaleza.
Tanto la palabra escrita como la hablada nos ayudará a acercarnos a este objetivo.
La tarea del budoka es hacer las cosas nuevas que aprende y convertirlas en una parte integral de sí mismo.
El estudiante de budo no puede permitirse pasar por alto las bellas artes ni las ciencias.
El conocimiento nos rodea en una infinita variedad de formas.
No despreciemos ninguna de ellas, ni las tomemos a la ligera"
"No hay nada en este mundo que no pueda enseñarnos algo.
Algunas personas, por ejemplo, se asustan y apartan de las enseñanzas de la religión.
Esto evidencia que no han entendido el sentido más profundo de estas enseñanzas.
Las enseñanzas religiosas contienen mucha intuición y sabiduría.
Debemos entenderlo y expresar este entendimiento a través del budo."
"Cuando era más joven, me convertí a cierta religión, y en una de esas canciones descubrí una frase acerca de "la flor del ciruelo que florece una vez en tres mundos espirituales".
"Primero, los cinco pétalos de la flor del ciruelo representan las cinco formas de la energía universal: tierra, agua, fuego, viento y cielo.
Si pensamos de esta manera en la flor del ciruelo, descubriremos en esta frase una lección sobre el propio universo.
Podemos ver la flor del ciruelo como una auténtica manifestación del espíritu universal.
Asimismo, en el hecho de que la flor del ciruelo se abre sólo una vez y nunca más podemos ver el reflejo del único comienzo de la creación. Visto de otra manera, la apertura de la flor del ciruelo representa la apertura de la puerta de roca del cielo de la que se habla en la mitología japonesa."
"Este mundo es verdaderamente una manifestación completa del cielo y la tierra.
Nosotros, como seres humanos creados en la misma imagen divina universal, debemos convertir esta tierra en un lugar verdaderamente celestial.
Debemos completar y perfeccionar la sociedad humana.
Es importante que las personas que se instruyen en el budo abarquen el universo dentro de sí mismas.
La misión del aikido es lograr esta armonía con el universo.
Debemos consagrarnos a este fin con toda nuestra mente y todo nuestro corazón."
Arigato gosai mas, Bocha, 6º Kyu.
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