Ortega y Gasset, conferencia en la ciudad de La Plata en 1939 Para animarnos a la recuperación de nuestros ideales, de nuestro carácter y de nuestro destino de grandeza: “¡Argentinos, a las cosas, a las cosas! Déjense de cuestiones previas personales, de suspicacias, de narcisismos. No presumen ustedes el brinco magnífico que daría este país el día que sus hombres se resuelvan de una vez, bravamente, a abrirse el pecho a las cosas, a ocuparse y preocuparse de ellas directamente y sin más, en vez de vivir a la defensiva, de tener trabadas y paralizadas sus potencias espirituales, que son egregias, su curiosidad, su perspicacia, su claridad mental secuestradas por los complejos de lo personal”

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martes, 5 de julio de 2011

Lectura del programa 678 desde Laclau y Bordieu.

 
   Bienvenidos a 678, los acompañamos –  ustedes saben –, como es habitual con este resumen crítico de lo que ocurre en los medios de la República Argentina”, así comienza cada día el programa 678 emitido por la TV Pública. Exponente para algunos del gasto estatal y novedoso abrelatas intelectual para otros. 

            A partir del pensamiento de Pierre Bourdieu y de Ernesto Laclau intentaré dar cuenta de cómo este programa puede ser analizado bajo la mirada teórica de estos autores, tomando algunas concepciones específicas acerca de lo social. 

            El recorte para el análisis dado al campo periodístico teniendo en cuenta el particular sector de lo televisivo y respondiendo este programa a lo que podríamos denominar como periodismo político (también nombrado en ocasiones como “periodismo militante” para el caso de los “oficialistas”). Para pensar primeramente de donde surge debemos pensar que este es un programa que se inscribe dentro de un campo[1] en el que se ponen en juego diversas acciones. Para hacer efectivas las acciones de un agente[2] en su campo, éste hará uso de lo que Bourdieu denomina estrategias[3]. En este caso son importantísimas para que veamos la manera en que las diferentes posturas de los periodistas los posiciona dentro de ese campo específico.
            Las estrategias que cada agente utiliza en el campo en el que pelea por su espacio, son determinadas por la propia manera de definirse a sí mismos y de definir a los otros. La frontera está marcada por los modos de pensarse como periodismo independiente o “periodismo in the pendiente”, como refieren sarcásticamente a los otros representantes del medio. Cabe aclarar que la división esta planteada por agentes que responden en un principio a un mismo campo, centrado como ya hemos dicho, en el periodismo de vertiente política y en el medio televisivo, para restringir más aún el ámbito de análisis. Dentro de este sector los agentes del programa “678” se autodenominan todos como pensadores críticos de la realidad política nacional. En una primera instancia tanto los panelistas de “678” como los de un programa como “A dos voces” se promocionan como detentores de la libre expresión y del rigor propio (o esperado) de la profesión.

            La posición asumida en cuanto generadores de un discurso que obviamente esta anclado en la búsqueda de un fin, de una lucha por imponer una manera de pensar la realidad, es característica común no solo a la tipología de programa que hemos tomado, es decir los de análisis crítico político, sino a los demás del medio ( la lucha por la legitimidad se da también, por ejemplo, en un informativo por la primicia, la rapidez, las fuentes confiables, etc.) La manera en que los agentes del programa formulan sus parlamentos apunta sin duda a lo que Bourdieu denominaba estrategia (éste y todos los agentes de los programas de política). Como todo discurso producido es también siempre, y necesariamente, una toma de posición, toda producción discursiva supone desde el proceso de su creación que hay otros que escuchan, que leen, que miran, que juzgan, y que algunos tienen capacidad para legitimar y otros no. El periodista como agente social del campo televisivo de corte político es un agente social que ante el espacio de posibles en el que se encuentra - teniendo en cuenta su posición y su hábitus-, siempre actúa estratégicamente. Con esto nos referimos a que su producción discursiva en cuanto toma de posición está medida y calculada; su discurso apuntará siempre a proveerle algún tipo de beneficio entre los beneficios posibles dentro del campo, o al menos a evitar conflictos. 

            Como la posición está determinada por la por la distribución de los recursos que son importantes en un campo es que la lucha por la denominación de uno y otro “bando” dentro del campo periodístico es tan importante. La manera en que los televidentes identifiquemos  a las facciones opuestas será una manera de constituir a tal o cual programa como un recurso valioso, en este caso un recurso informativo valioso, una fuente confiable y digna de ser reproducida (podríamos ejemplificar al respecto la elección de un televidente de determinado noticiero para formarse una idea de los candidatos a presidente)

            El posicionamiento en el campo esta basado, en la forma en que construyen también al oponente como parte de su estrategia legitimadora. Zócalo de “678” del 15 de junio de 2011: “Kirschbaum, Eliaschev y Ruíz Guiñazú: periodismo cada vez más colonizado”.Aquí es donde claramente se ve que la apuesta es configurar al otro como la antinomia del buen periodista. Recordemos que los posicionamientos devienen de la configuración que determina a ese sujeto, a su habitus[4]. Si seguimos la premisa de Bourdieu de que el hábitus se adquiere según la posición que se ocupa en el espacio social, pensamos que si el hábitus fue producido en el marco de determinada posición y trayectoria en el espacio social, entonces lo que va generando el hábitus es el efecto de adaptación a esa posición. A esto lo vemos en la manera en que  denominan a la oposición política al gobierno nacional bajo el mote de “La Opo Desilachada” o la alusión a los medios opositores en su sección “Marcando Agenda” para demostrar la manera en que desde su espacio imponen los temas que se hablarán en la jornada, no solo en la tv, sino en radio y diarios (principal punto del que emergen los temas, partiendo de la lectura rápida de los titulares). El manejo de la designación esta hecha por parte de otros programas[5] de la misma manera ya que el asignar nombre a las cosas, en la disputa para cargar de contenido una emisión, es la manera en que se cargan de sentido las palabras para generar una práctica articulatoria.           

            Distintas prácticas articulatorias[6] ponen los mismos conceptos en diferentes cadenas de significación, generándose lo que Bourdieu denomina lucha simbólica. Es decir, la capacidad que un grupo dominante tiene de imponer y naturalizar una determinada cadena articulatoria hasta el punto tal en que se pierde de vista que es una articulación parcial y por lo tanto no cerrada, pero que se presenta como suturada. En este sentido Laclau dice que siempre pueden ser subvertidas las significaciones que generan las prácticas articulatorias. No se trata solo de obtener un espacio, sino también de mantenerlo, de demostrar a cada paso la acumulación de los capitales (simbólico, cultural y social) obtenidos hasta el momento y ser capaz de ganar nuevas batallas para seguir acumulando valores y permanecer como voz reconocida y respetada.[7][8]
                       
            Si sostenemos con Laclau que las prácticas articulatorias son las formadoras de discurso, tendremos el punto de partida para pensar la manera en que se configura lo social en fijaciones parciales de sentido. 

            Pensando que las constituciones de las identidades políticas se dan en un plano simbólico es que dice Laclau que se le da cada vez más relevancia a lo político a la hora de pensar la construcción de las identidades políticas y la construcción de un sujeto revolucionario. Si hemos llegado a la conclusión de que lo social es un espacio de articulaciones contingentes (indeterminadas, que no pueden deducirse de leyes), momentáneas y precarias (fijadas parcialmente), no existe una definición acabada, plena, completa de lo social. Es en este punto en donde la lucha por la legitimación de un discurso entabla la pugna con otros y donde los agentes buscan la adhesión de los televidentes; si la realidad social es como dice el autor conformada por elementos flotantes es claro que fijar de una vez y para siempre el sentido de lo político y de la relación del periodismo para con ello en tanto prácticas correctas o no, no es posible.

            La noción de discurso[9] que propone Laclau no niega que existan objetos o realidades no discursivas, sino que afirma que todo objeto se constituye como objeto de un discurso y no al margen de él. Así la misma posición de sujeto[10] esta determinada por la manera de articular ese discurso en la práctica, que estará condicionada por el campo al que se inscriba el agente. Esta identidad – este significado de un momento– nunca es completa, nunca está completamente suturada, porque todo elemento devenido momento puede ser recuperado o articulado por otra cadena discursiva que subvierta el sentido de ese momento[11]. Lo que hace una práctica discursiva es fijar parcialmente lo social, lo articula de determinada manera, pero siempre de forma reversible. De este modo es como, recurriendo a un ejemplo, ha sido denominada una ley nacional de regulación de los medios informativos como “Ley de Medios K” o simplemente como “Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual”, fijando una determinada idea a un concepto, cargando positiva o negativamente una definición (pensando también lo que se comento antes de la lucha simbólica). Si la fijación del sentido es parcial es porque justamente, ese sentido siempre está amenazado por una negatividad, por la posibilidad de ser otra cosa.
           
            Podríamos pensar a este grupo de agentes (de “678”) desde las lógicas que plantea Laclau. Teniendo en cuenta que se genera una relación de equivalencia cuando una variedad de elementos heterogéneos dispersos, diversos, son subsumidos bajo un elemento que expresa algo en común, podemos pensar que si lo que los une no es algo que tengan en común en su positividad, es que están unidos por algo que no son. Si vemos la conformación del panel encontramos identidades y pensamientos muy diferentes, incluso las profesiones de ellos no son en su exclusividad ni en su totalidad la de periodistas. Si pensamos que la formación es heterogénea, que las posiciones de sujeto en el ámbito social no son las mismas, podemos ver que no los unen quizás las semejanzas sino las diferencias. Para nuestro autor pensar la otra lógica que propone, la lógica de la equivalencia, es presenciar que una diversidad de elementos se subsumen dentro de un significante mayor, una multiplicidad de elementos son integrados a una cadena discursiva,  son subsumidos dentro de un significado mayor que los engloba y construyen su identidad por negación o diferencia, por oposición. Se constituyen por ser lo que otros no son. En este caso podríamos ver como en la denominación de “periodismo independiente” se alejan de los otros colegas a los que presentan bajo el manejo de los dueños de los medios. Podríamos incluso pensar hasta que punto un programa como “678” no representa una explicitación de la lucha no solo de los agentes de un mismo campo por su posicionamiento, sino incluso la pelea por el dominio de lo que se podría llamarse la “opinión publica”, enfrentando dos campos de poder, como el de la información (tv, radio, prensa impresa y digital) en los que estarían los profesionales del medio, y el de la economía (manejo de indices de precios, sensación económica, valor de las mercancías, etc.) donde entrarían los empresarios que dirigen las estructuras mediáticas y cuyo fin no necesariamente debe o tiene que ser el amor a la verdad, sino una búsqueda de beneficios económicos también (y principalmente).

            El campo de la discursividad “es el terreno necesario de la construcción de toda práctica social [...]”  y es quien “determina a la vez el carácter necesariamente discursivo de todo objeto, y la imposibilidad de que ningún discurso determinado logre realizar una sutura ultima.” (Laclau: 1985, 151). Por ello es que la configuración de lo periodísticamente correcto no es un debate que cierre sus puertas, sino que con una mirada diferente sobre los medios, tal como se lo propone “678”, se brinda la posibilidad de que justamente, esa sutura no se genere nunca. Dar un cierre a la cuestión social y en relación a este programa, a la cuestión de la política y la manera de tratarla por los medios, no sería la manera de solucionar el problema de la definición, sino de obturar las diferentes caras de un proceso (el cambio político) que está forjado de innumerables “elementos flotantes”. “La imposibilidad de fijación ultima del sentido implica que tiene que haber fijaciones parciales.” (Laclau: 1985, 152), de esta manera podemos pensar que estas fijaciones parciales son las que determinan que la misma mesa de debate modifique a sus integrantes y los temas a debatir sean tan variados─ no está nunca la verdad definitiva en boca de nadie, ni la respuesta final a un tema social de tal importancia como es la política–. El campo político es un constante movimiento de personajes, dichos, hechos, pensamientos, por lo que las definiciones que puedan generarse del campo, son móviles.
             
            Laclau sostiene también que “La apariencia de igualdad que reina y la democratización cultural que es consecuencia de la acción de los medios de comunicación, permiten poner en cuestión privilegios basados sobre antiguas formas de status” (Laclau:1985, 207). Este enunciado puede llevarnos a reflexionar la manera en que un programa como “678” ha podido, mediante la pantalla de televisión, convertirse en un fenómeno que ha desbordado sus propios límites y generado adhesiones de personajes alejados del campo periodístico (entiéndase bloggeros, conductores, escritores, críticos de todo tipo, etc ), llegando incluso a la creación espontánea de grupos de seguidores en otros ámbitos como las redes sociales (Facebook, Twitter, Blogs). La apertura del debate político en la tv abierta ha sido el factor desencadenante de toda una nueva concepción de lo que significa pensar la política y de lo que representa ser periodista. La alusión a “poner en cuestión privilegios” creo que es importante destacarla en ese caso, ya que la fisura que generó dentro del campo periodístico “678” no se había producido antes. La incorporación de agentes cuyas voces no eran tenidas en cuenta, la posibilidad de decir algo distinto a los principales diarios y a la red de canales asociados a los mismos ideales e intereses que copan tanto la grilla televisiva como las ondas radiales y los medios impresos, ha sido la que ha permitido que esa “apariencia de igualdad” fuera descubierta como tal y que la “democratización cultural” pueda ser puesta a consideración. Contar con otras voces en un campo dominado por figuras a las que sus capitales han forjado como incontestables exponentes de la verdad y a los cuales no se les ha criticado ni revisado sus dichos[12], hace que la puesta en juego de subjetividades diferentes desestructuren el campo y pongan a correr relaciones que no estaban dadas y disponer de herramientas comunes para definir cual es el verdadero valor de pelea. La lucha por el valor escaso creo que es en este momento la lucha por la legitimidad del discurso. Hasta que punto es creíble un formato televisivo y hasta que punto sus agentes son capaces de confirmar y mantener sus capacidades críticas. 

            Si como dice Bourdieu en Sobre la televisión “Se puede y se debe luchar contra los índices de audiencia en nombre de la democracia”. (Bourdieu:1996, 96) considero que un programa como “678” apunta a esta utópica frase, ya que propone desde su presentación una critica a los medios y – puedo agregar por mi parte que también– una crítica a la manera en que esos medios tratan lo político y la manera  en que hacen crítica política.[13]
 
Como hemos dicho, las cuestiones de decisión racional no son las únicas que están en juego en las prácticas, ya que está funcionando el hábitus también junto a los saberes prácticos. Por lo tanto, el hecho de que el agente actúe estratégicamente es también el resultado de que siempre se encuentra dentro de un campo de posibles y siempre tiene que elegir, pero su elección es estratégica porque está orientada por su sentido práctico, aunque no necesariamente significa que sea consciente de una decisión, que sea puramente racional. Al pensar de este modo creo que podemos dar un respiro a pensamientos que podrían ser un tanto “conspirativos”, en el sentido de que toda acción es necesariamente un calculo frío y determinista con miras a un fin que en este caso sería tomar la delantera en las reflexiones sobre el ámbito político nacional.

Laclau plantea la noción de antagonismo como “el límite de toda objetividad”, que sería el momento en que la característica de la negatividad, que constituye lo social,  se hace patente. Si esto no se diera, si las diferencias no fueran posibles, estaríamos frente a una estructura que no permitiría el cambio y se anularía toda posibilidad de sujeto y también de política. Así, la forma en que se posibilita al sujeto de constituirse como tal es en el antagonismo. Al respecto el  siguiente fragmento es aplicable a nuestro caso: “El fenómeno de los jóvenes es particularmente interesante, y no es extraño que ellos constituyan un nuevo eje de emergencia de antagonismos.” (Laclau: 1985, 208). Esto es visible en la manera en cómo este programa ha hecho de las política no solo una discusión abierta a todos sino también una tribuna de opinión para las nuevas generaciones. La incorporación de los jóvenes se debe en gran medida a la posibilidad que ha brindado un espacio como “678” para que no sean siempre las mismas voces las que definen nuestra manera de ver las cosas. La espera por la definición del panorama político de manos de los “grandes analistas” es de algún modo cosa del pasado. No vamos a negar que hay personajes y programas dedicados al análisis político que siguen siendo muy aceptados desde hace décadas, pero creo que la “nueva ola” de pensadores expuestos al público ha hecho que se amplíe el campo de antagonismos, pero con un futuro prometedor, pensando positivamente la opción de elegir la mirada desde la cual formar nuestras concepciones de lo que es nuestra siempre móvil realidad política. 

“El discurso de la democracia radicalizada ya no es más el discurso de lo universal; [...] ha sido sustituido por una polifonía de voces [...] no hay democracia radicalizada y plural sin renuncia al discurso de lo universal y al supuesto implícito del mismo – la existencia de un punto de acceso privilegiado a “la verdad”, que sería asequible tan solo a un número limitado de sujetos – ” (Laclau: 1985, 238). De este modo se nos presenta una nueva forma de considerar a lo social, y la posibilidad de decidir cuales serán los productos del campo del periodismo con los que definiremos nos quedaremos. La democracia será también la posibilidad de decidir qué estamos dispuestos a consumir y creer de lo que se nos ofrece.

*Estudiante de Tercer año en la Licenciatura en Letras Modernas, Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba.


[1]              . Bourdieu define al concepto campo como una “red o configuración de relaciones objetivas entre posiciones” que están vinculadas por intereses que son específicos de quien ocupa determinada posición y que a su vez lo condiciona a actuar de acuerdo al lugar que ocupa.
[2]              . Cuando hablamos del agente social siempre hablamos de alguien que posee una posición, un volumen de capital y  ciertas características que le permiten ser actuante, eficiente, y producir efectos en un campo.
[3]              . Las estrategias están pensadas como las acciones del agente social ante el espacio de posibles en el que se encuentra. Habida cuenta de su posición y de su hábitus siempre actúa estratégicamente en el sentido de que su producción discursiva es una toma de posición con un fin.
[4]              .Bourdieu lo define como "un sistema socialmente constituido de disposiciones estructuradas y estructurantes adquirido mediante la práctica y siempre  orientado hacia funciones prácticas".
[5]              .  Pensemos hasta que punto es esto relevante cuando en el programa “A dos voces” tienen en la escenografía la representación del oráculo llamado “Boca de la verdad” y pensemos hasta donde se construye cada agente como competente para detentar el poder del campo en el que juega su posición y la validez de su discurso.
[6]              . Actividad por la cual se articulan en un discurso elementos heterogéneos
[7]             . “[...]toda posición de sujeto es una posición discursiva” (Laclau: 1985, 156)
[8]              . “La relación entre el habitus y el campo es, ante todo, una relación de condicionamiento: el campo estructura el habitus[...] el habitus contribuye a constituir el campo como mundo significante, dotado de sentido y de valía, donde vale la pena desplegar las propias energías.” (Costa: 2004, 12)
[9]              . Entendido como practica articulatoria que integra elementos y los transforma en momentos.
[10]          . El sujeto como todo elemento de lo social, no se constituye al margen de una práctica discursiva articulatoria. No habla de sujeto, sino de “posición de sujeto”, la identidad de un sujeto es producto de una articulación que fija parcial y momentáneamente un sentido. La identidad de un sujeto es relativa, pero es relativa respecto al resto de los elementos de una práctica articulatoria.
[11]            . “Todas las luchas, tanto obreras como de los sujetos políticos, tienen, libradas a sí mismas, un carácter parcial, y pueden ser articuladas en discursos muy diferentes.[...] No hay por tanto ningún sujeto [...] que constituya el punto absolutamente asegurado a partir del cual pudiera implementarse una transformación total.”(Laclau: 1985, 213)
[12]            . Samuel "Chiche" Gelblung, es un ejemplo que viene a mi mente. Considerado un referente del periodismo por muchos y con una foja de servicios que incluye grandes servicios al último gobierno de facto (por supuesto que nada impide la adhesión ideológica a ciertos movimientos, pero creo que determina la veracidad de la información y el respeto para con el publico el hecho de difundir ciertas cosas como información, por ejemplo la llamada “campaña antiargentina” que muy efusivamente “cubrió” desde el exterior)
[13]          . Quisiera aclarar que si bien hasta aquí hemos hablado de la cuestión política que trata “678”, la temática del programa apunta también a otros ámbitos (economía, salud, etc, no siempre partidos políticos y candidatos)... Aunque podríamos pensar hasta que punto no es toda cuestión también un poco política:
                El peor analfabeto es el analfabeto político. No oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos. No sabe que el costo de la vida, el precio del poroto, del pan,  de la harina, del vestido, del zapato y de los remedios, dependen de decisiones políticas. El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política. No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado, y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo  de las empresas nacionales y multinacionales”. Bertolt Brecht

Dejo mi saludo ritual como un apretón de manos o un "Ave María Purísima", Firme y Digno, Bocha... el sociólogo.

7 comentarios:

Marisa Barroso (en el Facebook) dijo...

Bocha!! que Bocho!! admiro tu fuego, que productivo seria que el amplio campo de la razón acompasará el corazón! Esperanza y Luz en nuestro camino. Excelente!

Bocha... el sociólogo dijo...

Gracias Marisa, y como siempre digo "hago lo que debo y no lo que puedo" al publicar todo aquello que tiene algo interesante y fundamentado que decir, y es más que obvio que aquí la que se lleva todos los laureles es Cecilia.

Marisa Barroso (en el Facebook) dijo...

con humildad te digo adelante si te sirve mi pobre comentario metele pata siempre se suma alguito...ABRAZOOO!

Bocha... el sociólogo dijo...

Nunca un halago es pobre y más cuando viene en el momento justo... me diste un buen empujón para seguir adelante : )

Marisa Barroso (en el Facebook) dijo...

Hombre de Buena Voluntad Salud y Bendiciones!

Sa Ci (en el Facebook) dijo...

‎"la que se lleva todos los laureles es Cecilia" ... ya me puse colorada, jiji
Hace 19 horas · Me gusta · 1 persona

Marisa Barroso (en el Facebook) dijo...

SEEEEEEEE!! PAAA DELANTE CECI!!!

mirando por el retrovisor

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