Aquí les dejo la parte más interesante del artículo, si usted quiere leerlo completo (a lo cual lo invito) lo puede hacer en: http://www.enriquelacolla.com/sitio/notas.php?id=172
Las fotos puestas en esta entrada no acompañan al texto original.
Por Enrique Lacolla
... ¿hay alguna ciudad que pueda en el presente emular el papel de urbes como París y Berlín en los siglos XIX y XX? Y, sobre todo, ¿hay un factor humano capaz de desestabilizar el planeta hasta el extremo en que lo hicieron Hitler y el nazismo?
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Por Enrique Lacolla
... ¿hay alguna ciudad que pueda en el presente emular el papel de urbes como París y Berlín en los siglos XIX y XX? Y, sobre todo, ¿hay un factor humano capaz de desestabilizar el planeta hasta el extremo en que lo hicieron Hitler y el nazismo?
(edificio de la marina de USA en los Angeles California)
A la primera pregunta contestaríamos que no: la dispersión de los focos de poder en el mundo restringe la posibilidad de que sólo en uno de ellos puedan encarnarse los rasgos del cambio. Algunos podrían sostener la candidatura de Nueva York para asumir ese titulo, pero N.Y. no es una capital administrativa. Aunque su representatividad como centro financiero y el carácter multiétnico de su población le otorguen muchos de los rasgos representativos de una época señalada por la mixturación racial y por el capitalismo fundado en la especulación salvaje y la concentración monopólica, y por más que su bohemia del Greenwich Village brinde una atmósfera que equivale en cierta medida al aura libertina y trasgresora del Berlín expresionista, le faltan la profundidad, la universalidad y el empuje catastrófico que informaban a la peripecia alemana durante la época de Weimar. Pese a ser la ciudad más sofisticada de Estados Unidos no termina de deshacerse de ese provincialismo que impregna a la cultura norteamericana. O al menos sus rasgos no parecen transferibles a nivel global. El verdadero motor de la cultura moderna y su vector más poderoso no reside en Nueva York sino en Los Ángeles: Hollywood. Pero Hollywood es más el vehículo de la incultura que el de la cultura.
En cuanto al segundo interrogante –si hay un factor humano capaz de desestabilizar el planeta a la manera del Führer- la respuesta es más bien afirmativa y muy inquietante. Pues si no nos topamos hoy con un dictador dotado de una psicología extremista y de un irracionalismo militante, nos encontramos frente a una crisis sistémica cuyo protagonista principal, la clase dominante en Estados Unidos, no es menos imprevisible que Hitler. La irracionalidad del capitalismo está alcanzando en ese país niveles insólitos, y no se le prevé ningún tope. Persistir en el proyecto hegemónico le pese a quien le pese y caiga quien caiga parece ser su programa, para cumplir el cual el complejo militar, industrial y financiero no entiende renunciar a ningún recurso.
Los megapresupuestos militares, la diseminación de bases por el mundo entero –se cuentan no menos de 700 distribuidas por el planeta-, las intervenciones armadas en el Medio Oriente y el Asia central, el estado de alerta amarilla en que el Pentágono y la CIA se han puesto frente a América latina y que ya ha producido un golpe en Honduras y una grave alteración estratégica con la activación de la IV Flota y la implantación de siete o más bases en Colombia, indican que los organismos que dirigen la planificación a largo plazo de la política exterior norteamericana se están ya preparando para el cambio estructural de la economía mundial en lo referido a los recursos estratégicos y a su impacto en la geopolítica. Lejos de procurar consensuar o compartir los expedientes que podrían adecuar el cambio, esos estamentos dirigentes se juegan a todo o nada. Y lo hacen desde una posición de poder que los ciega frente a los peligros que esa sensacional apuesta supone.
Los megapresupuestos militares, la diseminación de bases por el mundo entero –se cuentan no menos de 700 distribuidas por el planeta-, las intervenciones armadas en el Medio Oriente y el Asia central, el estado de alerta amarilla en que el Pentágono y la CIA se han puesto frente a América latina y que ya ha producido un golpe en Honduras y una grave alteración estratégica con la activación de la IV Flota y la implantación de siete o más bases en Colombia, indican que los organismos que dirigen la planificación a largo plazo de la política exterior norteamericana se están ya preparando para el cambio estructural de la economía mundial en lo referido a los recursos estratégicos y a su impacto en la geopolítica. Lejos de procurar consensuar o compartir los expedientes que podrían adecuar el cambio, esos estamentos dirigentes se juegan a todo o nada. Y lo hacen desde una posición de poder que los ciega frente a los peligros que esa sensacional apuesta supone.
La batalla de Berlín en 1945 fue una Némesis que vino a castigar a un orgullo desmesurado. Todavía no se diseña una situación que implique la reedición de ese atroz despertar de la pesadilla del Reich que iba a durar mil años; pero los elementos que la componen están presentes. Con distinto disfraz, pero con la contundencia del Mane, tekel, phares que cerró el festín de Baltasar.
Dejo mi saludo ritual como un apretón de manos o un "Ave María Purísima", firme y Digno, Bocha... el sociólogo.
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